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sábado, 28 de febrero de 2009

POESÍA MAYA-TZOTZIL

COPIADO DE: http://www.jtival.com





Ixim

Chats’i’ba ach’ be ta yik’ubelal k’ak’al.
Chatsatsubtasun ta pask’op.
¡A bek’tale jbek’taluk xa ka’i!

La ch’i yu’un ti ya’leletik sat vinajele.
Ti yasaron jmuk’tote la spojot ta chopolal momoletik,
la bein ti stalel svokole.
¡Ti ach’ich’ele jch’ich’eluk ek!

Tsmalaot xa uno’ox ta ju jun ik’luman osil ti balumile.
Nakastal la ata ta be li sat k’ak’ale.
Ak’o mi ta ajepelul xi ve’,
ta bochal vo’ chkil ti atakopale.

Chok’itaoxuk ta namal balumil: bu ti vinajele ch’ail.
Ik’al, sakil, tsajal, k’anal ixim.
Ti jk’unibelale ja’ la sch’iesot,
Ti avipale ja’ la yak vaechinajkun.
Vu’unuk chka’iot junuk k’ak’al, junuk u, junuk ch’iel.

Ta jk’an chipas ta ave yo’ xa k’opoj,
ta asat yo’ xa vil k’u yelan ti balumile,
yo’ xa vil ti yantik me’onale.



Maíz

En el oscuro día escribes mi sendero.
Me incitas a combatir.
¡Que tu carne sea mi carne!

Las lágrimas del cielo te han crecido.
El azadón de mi abuelo te separaba de la maleza.
Su sacrificio ha cuidado tu camino.
¡Que tu sangre sea mi sangre!

En la alborada la tierra te esperaba.
Lentamente alcanzaste la vista del sol.
Aunque solo trague tu cicatriz,
en jícara de agua encuentro tu rostro.

En tierras lejanas te lloran: donde el humo es el cielo.
Negro, blanco, rojo, maíz amarillo.
Mi debilidad te ha hecho crecer,
tu fortaleza me ha hecho soñar.
Anhelo ser tú un día, un mes, una vida.

Quiero ser tu boca para que hables,
tus ojos para que veas qué es la tierra,
para que veas cuánta miseria.


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Ti jk’ope

Ti jk’ope chvok’ xchi’uk ik’lumal osil,
xjaxaxet chanav ta yanal te’tik.
K’unk’un chvik’ sat yo’ xil balumil
svutsutset ch-och ta spat ik’etik.

Ti jk’ope chch’i ta stakopal k’ak’al,
ta xch’ich’el iximetik.
Tsvolsba ta ya’lel sat tonetik, ta yik’al
ye k’opojel, snopop’il lajeletik.

Ti jk’ope mu xa stak’ tuch’bel yipal, skuxlejal,
stalel. Tsatsaj xa ta svokol ch’ulelaletik.
La spatsba xa ta letoetik, ta sk’ejoj tuk’etik,
ta sk’ak’alil ch’ich’, yorail pajelal.

Ti jk’ope pasluj xa ye, pasluj xa yok’,
ayan xa sjol, sat, xchi’uk ayan xa yok.

Cht’uxubtas yok’ ta muk’ta p’inetik,
ti jk’ope tsjapu xa ya’i lo’ilajel.



Mi palabra

Mi palabra nace con la madrugada,
se desliza en las hojas de una oración.
Abre lentamente los ojos para la heredad
y acurrucada entra en un ventarrón.

Mi palabra crece donde termina el tiempo,
con la sangre del maíz.
Se envuelve con lágrimas de piedras, con el aliento
del habla, la muerte con raíz.

A mi palabra no se le corta el pulso, el impulso,
el ser. Se ha fortalecido por sufrimientos de almas;
se ha moldeado por rebeliones, cantos, armas,
días de sangre, tiempo sin curso.

A mi palabra se le ha formado la boca, la lengua,
le ha brotado la cabeza, los ojos, los pies.

Se moja la lengua en un manantial de tinta,
mi palabra va a hablar.

LA POESÍA AMERICANA ANTES DEL DESCUBRIMIENTO DEL NUEVO CONTINENTE

Bienvenido a La Ventana

La poesía precolombina



por Alejandro Lavquén

La extensa y profunda tradición poética que España ha dejado en Hispanoamérica quizá sea uno de los motivos que lleva -a no pocas personas- a pensar que en nuestro continente la práctica de la poesía comienza a desarrollarse con posterioridad a la invasión española tras la llegada de Colón a América. Pero la realidad es distinta, aunque lamentablemente poco conocida, incluso por el público lector habitual.

Habría que comenzar diciendo que el poblamiento de América se inicia 35.000 años antes de nuestra era, aproximadamente, causado por hordas que cruzaron el estrecho de Bering. En Centroamérica las primeras civilizaciones datan de cerca del 1.500 a.n.e y los pueblos más representativos de éstas fueron los que conformaron los imperios Maya y Azteca. Civilizaciones de gran complejidad social y sentido religioso que practicaron una escritura jeroglífica. En cuanto a su alimentación, el cultivo del maíz fue de vital importancia. Más al sur, en la zona andina, destacó el imperio Inca cuyo régimen político era una especie de comunismo de Estado. Estos llegaron a extender sus dominios hasta el río Maule donde fueron detenidos por los Mapuche, pueblo que resistió la presencia de los españoles durante tres siglos. La historia de esta epopeya quedó testimoniada en el poema épico de Don Alonso de Ercilla y Zúñiga: "La Araucana".

En cuanto a la cultura, los pueblos precolombinos llegaron a alcanzar un gran desarrollo en áreas como la arquitectura, aritmética y astronomía. Esto principalmente en los imperios Maya, Azteca e Inca, pues a pesar de ser muchos los pueblos que poblaron la América Prehispánica, fueron éstos los que lograron hegemonizar a sus vecinos y someterlos, llegando a conformar grandes civilizaciones. Aunque no se puede desconocer el profundo aporte de los Olmecas (quienes fueron los primeros en crear una escritura jeroglífica en América), Zapotecas, Teotihuacanes, Toltecas, etc. En la América del sur los Chibchas y Quembayas dieron gestación a las culturas de la región de Colombia y los Quichuas formaron el imperio del Tahuantimsuyo (incaico) desde Quito -en el actual Ecuador- hasta el río Maule en lo que hoy se denomina Chile. Respecto a Norteamérica, es donde se han encontrado los vestigios más antiguos de cultura precolombina, especialmente en Arizona, Nuevo México y Nevada, pero que no alcanzaron el grado de civilización de sus vecinos de más al sur. De la poesía oral india de Norteamérica se ha podido tener conocimiento de, por ejemplo, la de los pueblos sioux, pawnee, y pápago, entre otros. Dice un poema de estos últimos: "¿Cómo empezaré mis cantos/ en la noche azul que está llegando?/ En la gran noche mi corazón saldrá afuera,/ las sombras vienen hacia mí sonando./ En la gran noche mi corazón saldrá afuera".

En cuanto a los textos precolombinos de los pueblos más desarrollados socialmente, no es mucho tampoco lo que ha quedado, aunque sí lo suficiente para hacerse una idea del concepto poético de estos pueblos. Esta poesía posee, principalmente, un fuerte sentido religioso de comunicación colectiva entre los hombres y sus divinidades, también encontramos, además de los textos sagrados, una cantidad de poemas educativos, líricos, épicos y eróticos, muchos de los cuales fueron transmitidos en forma oral y luego llevados a la simbología escrita. Los habitantes precolombinos dieron una importancia superlativa al cosmos, sacralizándolo incluso en sus manifestaciones orgiásticas y festivas, que no eran menores dentro de su cultura. La conservación de los textos se debe principalmente a los códices o libros en lengua autóctona escritos por los amanuenses más letrados. Muchas de las creaciones precolombinas, sobre todo las dramáticas, se cantaban y bailaban en las ceremonias rituales, eventos esenciales en el desarrollo cotidiano de estas sociedades.

Para este breve recorrido por la poesía precolombina nos basaremos fundamentalmente en las culturas azteca, maya, e inca, siendo la idea resaltar aspectos que, si bien pueden resultar generales, acerquen al lector, de algún modo, a la literatura practicada por nuestros antepasados más cercanos, permitiéndonos, a la vez, una especie de reencuentro con nuestras raíces prehispánicas.

Los Aztecas

Los aztecas fueron un pueblo que tomó muchos elementos culturales de los Olmecas (mencionados anteriormente); de los Zapotecas, que poseían un sistema de escritura que grabaron en pergaminos y piedra. De los Mixtecas, de los cuales se conservan códices pintados sobre piel de animales y de los Teotihuacanes cuyo legado religioso fue profundo. Fueron politeístas con un marcado antropomorfismo. En el aspecto lingüístico no pronunciaban la b, g, r y s. Usaban mucho los sonidos p, c, l y x, predominando el tl. Los poetas en esta cultura poseían un elevado rango que los ponía a la par con sacerdotes, nobles y príncipes. Algunos nombres que se conservan son los de Netzahualcoyotl, Tlacahuepan, Tozcuatectli y Tlatecatzin, entre otros. La mayor parte de la poesía azteca o Náhualtl es anónima y priman los poemas de corte místico donde la relación con la divinidad prevalece, tal como se expresa en este fragmento: "Y decían que a los primeros hombres/ que dios los hizo, los forjó de ceniza./ Eso lo atribuían a Quetzalcóalt, cuyo signo es el viento" (...) "Se cimentó luego el tercer Sol. Su signo era lluvia" (...) "Y decían que en él llovieron las pedrezuelas que vemos,/ que hirvió la piedra tezontle/ y que entonces se enrojecieron los peñascos", perteneciente al texto "Rito de los cinco Soles". Otro poema importante se titula "Poema de Quetzalcóatl y el nacimiento de Huitzilopochtli". Vale destacar unos singulares concursos de poesía llamados Huehuetitlan donde participaban los caudillos y guerreros. Estos fueron recogidos luego en los Cantares Mexicanos.

En un poema festivo, "Canto de Chalco" donde se eleva la figura del vate, se canta: "¡Oh!, llegaron las flores,/ las flores en primavera:/ bañadas de sol están las múltiples flores;/ son tu corazón, tu cuerpo, ¡oh dador de la vida". Los aztecas practicaron los sacrificios humanos y mantuvieron un permanente estado de guerra con sus vecinos, lo que también quedó reflejado en su poesía: "¿Qué estáis pensando, príncipes de Huexotzinco?/ Fijad la vista en Acolhuacan,/ la tierra arrasada, como sementera de Huexotla/ de Itztapalocan./ ¡reina la noche en la ciudad!" (...) "¿Por qué motivo nos aborrece Tezozomoctzin?/ ¡Acaso muerte nos prepara y guerra quiere!/ ¡Ya está tendida la batalla en Acolhuacan!/ Aunque afligidos, damos placer/ al dador de vida". También sería importante destacar que el poeta cumplía además una función de educador, historiador, teólogo y filósofo, todas funciones donde se mezclaba lo real con lo mitológico.

Los Mayas

Los mayas fueron uno de los mayores imperios de la civilización precolombina, llegando a abarcar sus dominios Tabasco, Chiapas, el Yucatán, Guatemala, Honduras y una parte de El Salvador. Su imperio pasó por varias etapas: Antiguo Imperio Maya, período formativo (1500 a.n.e. al 150 d.n.e). Apogeo y fin del Antiguo Imperio (período clásico 300 al 800 d.n.e.) y el Nuevo Imperio Maya (cultura maya-tolteca), hacia el siglo X y sobreviviendo hasta 1250 gracias a la liga Mayapán que unió a todas las ciudades del Yucatán. Posteriores guerras y plagas acabaron con los últimos vestigios del esplendor de la civilización y ciudades mayas. Este pueblo destacó por su sistema numérico vigesimal con conocimiento del cero. Desarrolló un sistema de escritura y de grafismo numérico. Conocieron las fases de la luna y crearon un calendario basado en la observación de los astros. En su faceta literaria escribieron "libros" en tiras de piel de venado y la obra más importante de su literatura es el Popol Vuh, que está a la altura de grandes obras universales como la Biblia, la Teogonía o el Ramayana. De manera general podríamos decir que relata la lucha de los mellizos Hunahpú e Ixbalanqué (los gemelos civilizadores) contra los gigantes Vucub Caquix, Zipacná, Cabracán y los señores de Xibalbá. En 1542 fue transcrito a letras latinas por Fray Alonso del Portillo de Noreña y entre 1701 y 1703 Fray Francisco Ximénez lo tradujo al español. Junto al Popol Vuh está el Chilam Balam, un conjunto de libros que cuentan sobre el modo de vida de los mayas antes y después de la conquista, dejando de manifiesto sus aspectos religiosos y mitológicos.

A pesar de la dificultad idiomática y falta de estudios al respecto han llegado hasta nuestros días algunos textos a través de los cuales podemos conocer el concepto poético de esta cultura. Estos textos han sido conservados principalmente gracias a la tradición oral. De un poema llamado "Himno Solar" rescatamos estos versos: "Veo lo malo y lo bueno aquí en la tierra./ Dame tu luz, mi verdadero padre./ Pon en mí pensar y en mi inteligencia mucho entendimiento/ a fin de que pueda reverenciarte cada día". Dentro de la cultura maya también podemos encontrar escritos lacandones y tzotziles que nos hablan de adivinaciones, ofrendas, exorcismos y otros rituales. Curioso resulta un texto tzotzil titulado "Rezo para curar la epilepsia": "Fuego amarillo, te has convertido en epilepsia./ Viento del norte,/ te has convertido en epilepsia" (...) "¡Arréglate, pulso grande! ¡Arréglate pulso chico!/ Los dos pulsos en una hora, en media hora,/ así sea, Señor./ Así te acabas/ sobre trece montañas/ sobre trece lomas,/ ahí te acabas en medio de trece filas de rocas,/ ahí te acabas en medio de trece filas de árboles". En otras temáticas podemos encontrarnos con bellos poemas de amor, como por ejemplo uno llamado "Alabanza" al cual pertenecen los siguientes versos: "Es necesario que te veas como eres:/ la más bella de todas,/ aquí en el pueblo de Zibalche./ Te amo./ Quiero que luzcas de verdad muy hermosa,/ parecida a la estrella humeante,/ deseada hasta por la luna y las flores del campo". El legado de la literatura maya, si bien es todo un aporte a nuestra historia, aún está por desentrañarnos sus mejores páginas.

Los Incas

Al sur de América, en la región andina, floreció quizá el más poderoso de los imperios precolombinos, el Imperio Inca. En su mayor extensión el imperio alcanzó desde Quito hasta gran parte del actual territorio chileno, integrando a pueblos como los Aymaraés, Chinbúes y Diaguitas, entre otros. Importante fue la cultura Chavín, la más antigua de las altas mesetas andinas, la Mochica, la Pacaras y la Nazca. Sobre el origen de los Incas más que los hechos históricos abundan las leyendas. Su legado arquitectónico como el de Tiahuanaco, junto al Titicaca, que nos muestra imponentes construcciones y la "Puerta del Sol", refleja la grandeza de una civilización que también ha sido llamada por algunos como "El Imperio del Sol". Y qué decir de Machu Picchu, cuyas ruinas hablan por sí solas.

Si bien en el proceso de unificación del Imperio Inca la lengua quechua fue un elemento importantísimo, éstos no conocieron la escritura, por lo que su poesía sólo nos ha llegado de manera oral. Asunto extraño para un pueblo que política y socialmente poseyó una organización de primer nivel. También practicaron la pintura, la agricultura (cultivaron el maíz y la patata) y la cerámica. Lograron trabajar varios metales, siendo el oro uno de los principales y además el que más desgracias les traería tras la llegada de los españoles. Como no dejaron escritura, los sacerdotes amautas versificaban los hechos y los recitaban en las Fiestas del Sol. Estos además estaban encargados de la educación de la juventud nobiliaria. También tuvieron un destacado papel los harauec que practicaban la poesía narrativa mezclando historia y mito. Los Incas tenían un sistema llamado quipu o escritura de nudos que sirvió para recordar los acontecimientos mediante la cuelga de objetos en cada nudo que hacían en un cordel.

Su calidad de pueblo guerrero y sin misericordia con sus enemigos quedó grabada en el siguiente poema: "Beberemos en el cráneo del traidor,/ usaremos sus dientes como un collar,/ de sus huesos haremos flautas,/ de su piel haremos un tambor;/ después bailaremos". Su misticismo religioso lo reflejan, por ejemplo, estos versos del poema "Viracocha": "¡Dios que gobierna y provee,/ Que crea con sólo decir:/ Sea hombre, sea mujer,/ Que viva libre y en paz/ El ser que pusiste/ Y criaste". Pero la mayor fuerza espiritual de los Incas venía de su relación con el Sol y la importancia de éste en su vida cotidiana. En este hermoso poema aquello se expresa con altos matices líricos: "Una llama quisiera/ que de oro tuviera el pelo/ brillante como el Sol;/ como un amor fuerte,/ suave como la nube/ que la aurora deshace./ Para hacer un quipus/ en el que marcaría/ las lunas que pasan,/ las flores que mueren". Cabría resaltar que este pueblo también cultivo el arte dramático con obras teatrales sobre diferentes temas, representadas por grupos llamados pukiskulla. Los géneros teatrales claramente definidos fueron el wanka, de carácter histórico y el aránway que versaba sobre sucesos cotidianos. Su drama más famoso fue Ollantay, prohibido luego bajo pena de muerte tras la rebelión de Tupac Amaru en 1781.

Guaraníes y Mapuche

Si bien estos pueblos no alcanzaron grados superiores de civilización y tampoco dejaron textos escritos, se ha podido recoger algunos testimonios poéticos a través de la tradición oral, los que posteriormente fueron transcritos por estudiosos del tema como una manera de conservar parte de estas cultura sudamericanas. Los guaraníes habitaron gran parte del Río de la Plata, Paraguay y parte de Brasil, llegando incluso a penetrar, en ocasiones, hasta la cordillera de los Andes. Fueron monoteístas y llamaban al bien Tupá y al mal Añang. Un poema de ellos dice: "Detente, culebra, detente,/ para que mi hermana copie tus bellos colores/ como modelo de un lujoso cinturón/ que voy a dar a mi amada./ Tu belleza será así siempre preferida/ a la de todas las demás serpientes".

En cuanto a los Mapuche, habitaron al sur de lo que hoy es Chile y fueron el pueblo que más resistencia opuso a la conquista española. Creían en un Ser Supremo llamado "Guenupillán" y en la inmortalidad del alma: "pillán". Otras divinidades eran Meulen (benefactor), Huecub (el mal), Epunamun (dios de la fábula) y Antumalguen (esposa del sol). Respecto de su lengua podemos decir que es admirable por su armonía y espiritualidad, vivo reflejo de su sentido de mancomunión con la tierra. Respecto a una parte de su religiosidad, nos dice este "Canto a la Machi": "Serás machi, me dijo/ el rey de la tierra;/ sola me ha mandado;/ machi ¡ay! Me dijo/ el rey de la tierra: aproxímate,/ soy el rey médico/ y te digo seas médica./ Por eso con mi solo poder/ no he sido machi". Otro testimonio de esta poesía son estos versos pertenecientes a un texto llamado "Rezo de Nguillatún": "Tú, Rey Anciano, tú, Reina Anciana que reinas en la Casa de Oro del Cielo Azul o/ Negro, arriba en las alturas. Nos has olvidado a nosotros, los pobres, porque te va bien./ Nos olvidas a nosotros y a nuestros animales. Siempre te hemos agradecido/ por regalarnos el fuego, por habernos mandado el alma de un antepasado/ que nos enseñó a hacer una ruka y a usar el fuego para cocinar...".

Finalmente, tendríamos que mencionar que el encuentro entre dos culturas, como sucedió entre la precolombina y la de los conquistadores, no sólo trajo la imposición de una sobre otra en un momento histórico determinado, sino que influyó en la formación cultural y social de todo lo que sería el desarrollo posterior de los pueblos y países Hispanoamericanos de una manera más perjudicial que beneficiosa en cuanto a que rompió, por ejemplo, la intensa relación que los pueblos mantenían con la tierra que habitaban, no heredando esta característica a las nuevas sociedades. Hoy, cuando en el mundo se pretende imponer una cultura hegemónica impulsada desde el gobierno estadounidense, es más necesario que nunca buscar el reencuentro con nuestras raíces culturales para intentar recuperar con fuerza algo que nos fue arrebatado con la espada y la cruz. Una parte importante de nosotros se encuentra en lo que fueron las civilizaciones precolombinas, y recuperar parte de su poesía, en este caso, es una manera de recomenzar a rescatar y conocer una cosmogonía que tiene muchos elementos que aportar en la emancipación y lucha de los actuales pueblos Latinoamericanos.

Artículo publicado en Punto Final N° 521, mayo 31/ 2002

Tomado de Rebelión





Este artículo proviene de La Ventana
http://laventana.casa.cult.cu

ANDRES GORGEOUS: Un slide show de este chico colombiano

ANDRÉS GORGEOUS

SKATE-BOARDING: David Gonzáles de Colombia

viernes, 27 de febrero de 2009

PORFIRIO MUÑOZ LEDO Y EL SALARIO DEL HAMBRE

COPIADO DE: http://lopezobradordvds.blogspot.com



El salario del hambre - Porfirio Muñoz Ledo


Estuvo de moda en la segunda posguerra una cinta de Georges Clouzot: El salario del miedo. Sus personajes arrostraban riesgos insólitos a cambio de una paga miserable. Hace 40 años se ha instalado en México una política cleptómana, que ha despojado progresivamente a los asalariados del fruto de su trabajo.

Se ha configurado un “salario del hambre”, que retribuye a los trabajadores sólo una tercera parte de lo que percibían al inicio del ciclo depredador. El salario mínimo —en abierta contradicción con el mandato constitucional— ha perdido 78% de su poder adquisitivo, y el salario promedio, 63% desde 1982.

Al tiempo que abríamos las fronteras a la circulación de mercancías, servicios y capitales aceptábamos limitaciones indignas al tránsito de personas, en vez de incluirlas en el TLCAN, como ocurrió en la integración europea. Las disposiciones laborales de ese instrumento quedaron confinadas en “acuerdos laterales”, sin fuerza obligatoria alguna.

El diferencial de salario básico entre EU y México —que en los 70 llegó a ser de cuatro a uno— hoy es de 15 a uno. La migración se ha vuelto una catapulta transfronteriza que compensa el valor del trabajo en el mercado regional, cuando debiese haberse dispuesto —como en Europa— su igualación gradual a efecto de frenar el éxodo mediante el desarrollo.

Semejante patología es causa eficiente de la crisis. Deprime la demanda, estrecha el mercado interno y castiga a la producción en beneficio de la economía financiera y la concentración monopólica. La salida del atolladero exige una recuperación drástica del salario, que a su vez sería reproductora del empleo y cimiento de la cohesión social.

Entre nosotros la política salarial es una obligación de Estado por disposición de la Constitución. Así, la fijación de los salarios mínimos, aquellos “suficientes para satisfacer las necesidades de un jefe de familia en el orden material, social y cultural y para proveer la educación de los hijos”. Actuar en contrario es una severa violación del estado de derecho.

Es también imperativo que la rectoría económica conduzca a “una más justa distribución del ingreso y la riqueza, que permita el ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos y las clases sociales”. Resulta apenas creíble que, al tiempo que se promulgaban estos deberes constitucionales en 1983, comenzaba a imponerse en el país el dictado neoliberal de la desigualdad. La apoteosis de la simulación.

Todo modelo económico reposa sobre un sistema de relaciones de poder. El vaciamiento social de la política económica obedeció a la entronización de tecnócratas que suplantaron los fundamentos populares de la soberanía por la entrega al extranjero de las decisiones estratégicas y la supremacía de los intereses privados. El pecado mayor de la transición fue su incapacidad para transferir poder a los ciudadanos.

Se discuten la extensión, profundidad y duración de la crisis. Menos las transformaciones políticas que requerirían implantar cambios económicos sustantivos. De las grandes depresiones y conflagraciones han emergido nuevos regímenes, como el socialismo, el fascismo y el populismo. También los equilibrios que en su tiempo alcanzó la socialdemocracia.

La era del liberalismo político llega a su fin. Sobre ella se encaramaron los poderes fácticos ahora desacreditados. Se barrunta el surgimiento de nuevos actores colectivos que no pueden ser únicamente el poder mediatizado del sufragio ni los movimientos de masas. El péndulo apunta hacia el robustecimiento de las identidades y poderes locales y hacia una enérgica reaparición de las organizaciones de clase.

En 1938 Keynes escribió al presidente Roosevelt sobre las medidas de recuperación económica: “El crecimiento de la negociación colectiva resulta esencial”. En esa línea, Obama ha reiterado la necesidad de revertir políticas antagónicas al sindicalismo: “No veo a las organizaciones de trabajadores como parte del problema; son parte fundamental de la solución”. Los salarios y condiciones de trabajo efectivamente pactados entre empresas y sindicatos han sufrido, incluso en México, mucho menor deterioro que el resto de las remuneraciones. Los países, desarrollados y emergentes, que han preservado mecanismos de democracia social reflejan tasas más elevadas de crecimiento y mejores índices de recuperación.

Ante la agresión del gobierno contra la estabilidad en el trabajo debe articularse una respuesta eficaz de la sociedad civil y de las organizaciones gremiales. Debe limpiarse ante todo la cloaca corporativa que ha sido cómplice de la explotación.

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LA UNIDAD MORELOS DE JOJUTLA: Cotorreando con los amigos









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LA JORNADA SEMANAL. Suplemento de "La Jornada"

copiado de: www.jornada.unam.mx




La Jornada Semanal

JOJUTLA HOY 27 DE FEBRERO 2009

tomado de "El Sol de Cuernavaca"



Morelos

El gobierno municipal a través de la regiduría de Desarrollo Económico, invita a la Feria del Empleo que se realizará este viernes a las 9 de la mañana en el auditorio. Foto: El Sol de Cuernavaca


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tomado de "La Unión de Morelos"



POR LOS QUE SE JUBILAN
Exigen padres de familia relevo de maestros

Se comprometió subdirector de Educación Primaria a que ayer llegarían los profesores

Jojutla.- Padres de familia de escuelas primarias de este lugar exigieron a las autoridades educativas que cumplieran con el convenio de enviar los relevos de los maestros que se jubilan...


ESTE AÑO
Pretenden ingresar 30 mil afiliaciones al Seguro Popular

Asegura secretario de Salud que existirá infraestructura y abasto de medicamentos suficientes

Zacatepec.- Este año se pretende afiliar a 30 mil personas al Seguro Popular que no cuenten con ningún tipo de seguridad social, sostuvo Víctor Caballero Solano, secretario estatal de Salud.
El...

PERO NO ES PARA PREOCUPARSE TODAVÍA, DICE SNE
Se incrementa el índice de desempleo en la entidad
Anuncian la Cuarta Feria del Empleo en Jojutla

Jojutla.- En lo que va del año, la tasa de desempleo en la entidad se incrementó de 3.2 a 3.6 por ciento, reconoció Olivia Verónica Utrilla Nieto, directora del Servicio...


COLOCARÁN TAMBIÉN UN BARANDAL
Reforzarán seguridad en secundaria BJ de Jojutla
Lanzan campaña de donativos en especie para la institución

Jojutla.- Tras dos reuniones entre autoridades municipales, dirección (a cargo de Marco Aurelio Mares Caspeta) y comité de padres de familia, se acordó que se reforzarán las medidas de seguridad...


HAY RUMORES DE UN TERCERO
Dos aspirantes buscarán la presidencia de Amacuzac por el PRD
Comité municipal pide elección abierta, a pesar de "imposiciones" de dirigencia estatal

Amacuzac.- El Comité Ejecutivo Municipal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de este lugar confirmó el registro de dos aspirantes a la candidatura de la presidencia municipal, pese a...

jueves, 26 de febrero de 2009

EL NEOLIBERALISMO MANTIENE EN LA POBREZA AL GRUESO DE LA POBLACIÓN MEXICANA

El neoliberalismo pulverizó al salario mínimo

Patricio Cortés

* En agosto de 1982 se podían adquirir 26.5 kilos de tortillas con un minisalario, ahora sólo seis * También 292.5 piezas de pan y en 2006 sólo 40.6 * El 123 de la Constitución y la cruda realidad * Trabajadores pierden amparos

El salario mínimo hoy es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia e incluso de darle una vida decorosa a un solo ser humano, no obstante sirve de referente para diversos pagos y demostrar la caída del poder adquisitivo.

De acuerdo con el estudio El problema de la tortilla: Un Problema de la calidad de vida, del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, en diciembre de 1982 se podían comprar 26.5 kilos de tortillas con el salario mínimo y para el 1 de agosto de 2006, únicamente alcanzaba para 6.95 kilogramos. Hoy con un salario mínimo de 54.80 pesos en la zona A (el más alto) y la tortilla a nueve pesos se consiguen seis kilos de tortilla.

En lo referente al pan blanco, con un salario mínimo de 310 viejos pesos, en 1982 se podían adquirir 292.5 piezas de pan, mientras que para el 2 de enero de 2006, con un salario mínimo de $ 48.67 pesos, se compraban 40.6 piezas, cita dicho estudio. Ahora si en la panadería de por su casa está a $1.50 se pueden comprar 36 y medio bolillos.

Tras una revisión hemerográfica vemos que el jitomate se ofertaba en la Comercial Mexicana en 17 viejos pesos, hoy con tres ceros menos en la moneda cuesta 12 pesos.

El esparcimiento también ha sufrido el mismo proceso, pues en 1982 la entrada al cine costaba 60 viejos pesos (había matinés de 10 y 15 pesos) y si tomamos en cuenta el salario mínimo del 1 de enero de 1983 (a un mes de inaugurado el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, el primero asociado al neoliberalismo) de 455 viejos pesos, alcanzaba para entrar siete veces y media, (seis veces, si tomamos el minisalario de 1982) contra una sola entrada de la actualidad.

La industria discográfica, hoy en crisis frente a la piratería y otros factores, tenía por norma cuidar que el precio al público de un álbum (en aquel tiempo de acetato) no rebasara el monto de un salario mínimo. Hoy si revisamos la pagina de Mixup encontraremos que el número uno del Top Ten, De noche: Clásicos a mi manera, interpretado por Alejandro Fernández, tiene un precio de lista de $156.00, oferta de internet: $124.00, los hay también mucho más caros.

En aquella época un suéter de angora, muy de moda, se ofertaba en 300 pesos en Sears, menos de un salario mínimo, hoy difícilmente podría comprarse algo más que dos pares de calcetines, en el mismo lugar.

El teléfono, de acuerdo con los diarios de finales de 1982, subió para iniciar 1983 entre 22 y 25 por ciento para quedar en 105 viejos pesos la renta (con derecho a 150 llamadas), poco más de la cuarta parte del minisalario, y 65 centavos la llamada extra. Hoy la renta telefónica es de $156.55 (casi tres minisalarios) con 100 llamadas y la llamada extra $1.48. En aquel servicio que privatizó el gobierno de Carlos Salinas de Gortari “para tener precios más competitivos”, ahora alcanza con un minisalario para 37 llamadas contra 700 en 1983.

Aun en los servicios subsidiados se ve la diferencia, como en el metro que hoy alcanza para 27 viajes contra 2 mil 275 en enero de 1983.

De acuerdo al Banco de México la inflación de diciembre de 1982 a diciembre de 2008 fue de 42 mil 502.41 por ciento. El salario mínimo subió de $0.364 (364 viejos pesos) a $54.80, o sea se gana 150.54 veces más, aunque el salario real (lo que se puede comprar) cayó estrepitosamente. Comparando, la gasolina estaba en 1982 entre 2.04 y 3.06 viejos pesos por litro, dependiendo el tipo. La Magna tiene hoy un precio de 7.72 pesos por litro, la gasolina regular y la Premium cuesta 9.57, o sea: subió 3,784.31 veces la económica y 3,127.45 veces las más caras.

Laura Juárez Sánchez, coordinadora de investigación de la Universidad Obrera de México, relata en su trabajo El derrumbe del sistema financiero, su impacto en México y en los trabajadores: “La escalada de los precios de los alimentos y los topes salariales mantienen en rezago permanente los salarios de los trabajadores. Consideremos los aumentos registrados en los precios de los alimentos y los salarios de los trabajadores en términos nominales entre diciembre de 2006 (fecha en que Felipe Calderón inicia su administración) y noviembre de 2008: mientras que el salario mínimo general recibió un aumento salarial de sólo 8%, los salarios contractuales promedio aumentaron únicamente 8.7%, las remuneraciones manufactureras, 6.1%; las remuneraciones de la industria de la construcción, 5%; los salarios medios del IMSS, 10.1%, y las remuneraciones de los establecimientos comerciales, 7.2%; 21 los precios de los comestibles, en tanto, llegaron a incrementarse hasta 94.3%, como en el caso del litro de aceite; el arroz, 71.8%; la sal, 49.9%, el pan blanco, 47.9%; la tortilla, 42.2%; la harina de trigo, 39.8%; el huevo, 34.8%; el fríjol, 28.6%; el café, 23.8%, y la leche, 17.6%”.

Agrega: “La pérdida del poder adquisitivo de los salarios no sólo se refleja en el desplome de las ventas de los automóviles, también se pone en evidencia en el desplome de las ventas de los bienes más elementales para vivir: la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) informó que las ventas en abarrotes cayeron 3.8%, el consumo de ropa se desplomó 13%, y las mercancías generales (muebles, electrónica, video, papelería, entre otros) bajaron 6.5%. A la pérdida del poder adquisitivo de los salarios se sumará la pérdida de empleos, la cual se agravará por la sincronización del estancamiento crónico del mercado interno con el externo”.

La Constitución en su artículo 123 dice: “Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos profesionales se fijarán considerando, además, las condiciones de las distintas actividades económicas.”

Con 54.80 pesos de salario mínimo, en el Distrito Federal, alcanza para: 10 pesos para transporte, con dos boletos del metro y dos viajes cortos en microbús; medio kilo de huevo, 10 pesos; medio kilo de jitomate, seis pesos; una sopa de pasta, 3.50 pesos; medio kilo de tortillas, 4.50 pesos; medio kilo de pollo, 17 pesos, y se puede consumir alrededor de un kilo de gas LP. Queda claro que no es suficiente para sobrevivir, pues además habría que sumar vivienda, energía eléctrica, ropa, ya no digamos esparcimiento.

Resulta más que evidente que el salario mínimo hoy menos que nunca alcanza para lo que manda la Constitución. Sin embargo, los trabajadores Juan Alfredo Yedra Padilla y Rosa Estela López López se ampararon por considerar el monto fijado inconstitucional desde 2005 y a finales de 2007 perdieron el juicio.

Ante estos datos duros sólo queda formular las siguientes preguntas: ¿Cómo sacan sus cuentas quienes fijan los salarios mínimos? ¿Cómo vamos a tener un mercado interno fuerte con esos niveles salariales?


miércoles, 25 de febrero de 2009

CONVIVIO DE LAS SEÑORAS ARTESANAS DE LA UNIDAD MORELOS

ARTESANAS DE LA UNIDAD MORELOS DE JOJUTLA, MÉXICO, CONVIVIENDO CON MOTIVO DEL NACIMIENTO DE JESÚS







JUAN RULFO. Cuento, "El Hombre"


EL HOMBRE


Los pies del hombre se hundieron en la arena dejando una huella sin forma, como si fuera la pezuña de algún animal. Treparon sobre las piedras, engarruñándose al sentir la inclinación de la subida; luego caminaron hacia arriba, buscando el horizonte.

"Pies planos-dijo el que lo seguía-. Y un dedo de menos. Le falta el dedo gordo en el pie izquierdo. No abundan fulanos con estas señas. “Así que será fácil."

La vereda subía, entre yerbas, llena de espinas y de malas mujeres. Parecía un camino de hormigas de tan angosta. Subía sin rodeos hacia el cielo. Se perdía allí y luego volvía a aparecer más lejos, bajo un cielo más lejano.

Los pies siguieron la vereda, sin desviarse. El hombre caminó apoyándose en los callos de sus talones, raspando las piedras con las uñas de sus pies, rasguñándose los brazos, deteniéndose en cada horizonte para medir su fin: "No el mío sino el de él", dijo. Y volvió la cabeza para ver quién había hablado.

Ni una gota de aire, sólo el eco de su ruido entre las ramas rotas. Desvanecido a fuerza de ir a tientas, calculando sus pasos, aguantando hasta la respiración: "Voy a lo que voy", volvió a decir. Y supo que era él el que hablaba.

"Subió por aquí, rastrillando el monte -dijo el que lo perseguía-“.

Cortó las ramas con un machete. Se conoce que lo arrastraba el ansia.

Y el ansia deja huellas siempre. “Eso lo perderá."

Comenzó a perder el ánimo cuando las horas se alargaron y detrás de un horizonte estaba otro y el cerro por donde subía no terminaba.

Sacó el machete y cortó las ramas duras como raíces y tronchó la yerba desde la raíz.

Mascó un gargajo mugroso y lo arrojó a la tierra con coraje.

Se chupó los dientes y volvió a escupir. E1 cielo estaba tranquilo allá arriba, quieto, trasluciendo sus nubes entre la silueta de los palos guajes, sin hojas. No era tiempo de hojas. Era ese tiempo seco y roñoso de espinas y de espigas secas y silvestres. Golpeaba con ansia los matojos con el machete: "Se amellará con este trabajito, más te vale dejar en paz las cosas".

Oyó allá atrás su propia voz.

"Lo señaló su propio coraje -dijo el perseguidor-. E1 ha dicho quién es, ahora sólo falta saber dónde está. Terminaré de subir por donde subió, después bajaré por donde bajó, rastreándolo hasta cansarlo. Y donde yo me detenga, allí estará. Se arrodillará y me pedirá perdón. Y yo le dejaré ir un balazo en la nuca... "Eso sucederá cuando yo te encuentre."

Llegó al final. Sólo el puro cielo, cenizo, medio quemado por la nublazón de la noche. La tierra se había caído para el otro lado.

Miró la casa enfrente de él, de la que salía el último humo del rescoldo.

Se enterró en la tierra blanda, recién removida. Tocó la puerta sin querer, con el mango del machete. Un perro llegó y le lamió las rodillas, otro más corrió a su alrededor moviendo la cola. Entonces empujó la puerta sólo cerrada a la noche.

E1 que lo perseguía dijo: "Hizo un buen trabajo. Ni siquiera los despertó. Debió llegar a eso de la una, cuando el sueño es más pesado; cuando comienzan los sueños; después del 'Descansen en paz', cuando se suelta la vida en manos de la noche con el cansancio del cuerpo raspa las cuerdas de la desconfianza y las rompe".

"No debí matarlos a todos -dijo el hombre-".”Al menos no a todos".

Eso fue lo que dijo.

La madrugada estaba gris, llena de aire frío. Bajó hacia el otro lado, resbalándose por el zacatal. Soltó el machete que llevaba todavía apretado en la mano cuando el frío le entumeció las manos. Lo dejó allí. Lo vio brillar como un pedazo de culebra sin vida, entre las espigas secas.

El hombre bajó buscando el río, abriendo una nueva brecha entre el monte.

Muy abajo el río corre mullendo sus aguas entre sabinos florecidos; meciendo su espesa corriente en silencio. Camina y da vuelta sobre sí mismo. Va y viene como una serpentina enroscada sobre la tierra verde.


No hace ruido. Uno podría dormir allí, junto a él, y alguien oiría la respiración de uno, pero no la del río. La hiedra baja desde los altos sabinos y se hunde en el agua, junta sus manos y forma telarañas que el río no deshace en ningún tiempo.

El hombre encontró la línea del río por el color amarillo de los sabinos. No lo oía. Sólo lo veía retorcerse bajo las sombras. Vio venir las chachalacas. La tarde anterior se habían ido siguiendo, el sol, volando en parvadas detrás de la luz. Ahora el sol estaba por salir y ellas regresaban de nuevo.

Se persignó hasta tres veces. "Discúlpenme", les dijo. Y comenzó su tarea. Cuando llegó al tercero, le salían chorretes de lágrimas. O tal vez era sudor. Cuesta trabajo matar. El cuero es correoso. Se defiende aunque se haga a la resignación y el machete estaba mellado: "Ustedes me han de perdonar", volvió a decirles.

"Se sentó en la arena de la playa -eso dijo el que lo perseguía-.”

Se sentó aquí y no se movió por un largo rato. Esperó a que despejaran las nubes. Pero el sol no salió ese día, ni al siguiente. Me acuerdo. Fue el domingo aquel en que se me murió el recién nacido y fuimos a enterrarlo. No teníamos tristeza, sólo tengo memoria de que el cielo estaba gris y de que las flores que llevamos estaban desteñidas y marchitas como si sintieran la falta del sol.

"E1 hombre ese se quedó aquí, esperando. Allí estaban sus huellas: el nido que hizo junto a los matorrales; el calor de su cuerpo abriendo un pozo en la tierra húmeda."

"No debí haberme salido de la vereda -pensó el hombre.” Por allá hubiera llegado. Pero es peligroso caminar por donde todos caminan, sobre todo llevando este peso que yo llevo.

Este peso se ha de ver por cualquier ojo que me mire; se ha de ver como si fuera una hinchazón rara. Yo así lo siento. Cuando sentí que me había cortado un dedo, la gente lo vio y yo no, hasta después. Así ahora, aunque no quiera, tengo que tener alguna señal. Así lo siento, por el peso, o tal vez el esfuerzo me cansó". Luego añadió:"No debí matarlos a todos; me hubiera conformado con el que tenía que matar; pero estaba oscuro y los bultos eran iguales... Después de todo, así de a muchos les costará menos el entierro."

"Te cansarás primero que yo”. Llegaré a donde quieres llegar antes que tú estés allí -dijo el que iba detrás de él-. Me sé de memoria tus intenciones, quién eres y de dónde eres y adónde vas. Llegaré antes que tú llegues."

"Este no es el lugar -dijo el hombre al ver el río-“ Lo cruzaré aquí y luego más allá y quizá salga a la misma orilla. Tengo que estar al otro lado, donde no me conocen, donde nunca he estado y nadie sabe de mí; luego caminaré derecho, hasta llegar. De allí nadie me sacará nunca".

Pasaron más parvadas de chachalacas, graznando con gritos que ensordecían.

"Caminaré más abajo. Aquí el se hace un enredijo y puede devolverme a donde no quiero regresar."

"Nadie te hará daño nunca, hijo. Estoy aquí para protegerte”.

“Por eso nací antes que tú y mis huesos se endurecieron antes que los tuyos".

Oía su voz, su propia voz, saliendo despacio de su boca.

La sentía sonar como una cosa falsa y sin sentido.

¿Por qué habría dicho aquello? Ahora su hijo se estaría burlando de él. O tal vez no. "Tal vez esté lleno de rencor conmigo por haberlo dejado solo en nuestra última hora”. Porque era también la mía; era únicamente la mía. É1 vino por mí. No los buscaba a ustedes, simplemente era yo el final de su viaje, la cara que él soñaba ver muerta, restregada contra el lodo, pateada y pisoteada hasta la desfiguración.

Igual que lo que yo hice con su hermano; pero lo hice cara a cara, José Alcancía, frente a él y frente a ti y tú nomás llorabas y temblabas de miedo. Desde entonces supe quién eras y cómo vendrías a buscarme.

Te esperé un mes, despierto de día y de noche, sabiendo que llegarías a rastras, escondido como una mala víbora. Y llegaste tarde. Y yo también llegué tarde. Llegué detrás de ti. Me entretuvo el entierro del recién nacido. Ahora entiendo. Ahora entiendo por qué se me marchitaron las flores en la mano."

"No debí matarlos a todos -iba pensando el hombre-“. No valía la pena echarme ese tercio tan pesado en mi espalda. Los muertos pesan más que los vivos; lo aplastan a uno. Debía de haberlos tentaleado de uno por uno hasta dar con él; lo hubiera conocido por el bigote; aunque estaba oscuro hubiera sabido dónde pegarle antes que se levantara...

Después de todo, así estuvo mejor. Nadie los llorará y yo viviré en paz.

“La cosa es encontrar el paso para irme de aquí antes que me agarre la noche."

El hombre entró a la angostura del río por la tarde. E1 sol no había salido en todo el día, pero la luz se había borneado, volteando las sombras; por eso supo que era después del mediodía.


"Estás atrapado -dijo el que iba detrás de él y que ahora estaba sentado a la orilla del río-“. Te has metido en un atolladero. Primero haciendo tu fechoría y ahora yendo hacia los cajones, hacia tu propio cajón. No tiene caso que te siga hasta allá. Tendrás que regresar en cuanto te veas encañonado. Te esperaré aquí. Aprovecharé el tiempo para medir la puntería, para saber dónde te voy a colocar la bala.

Tengo paciencia y tú no la tienes, así que ésa es mi ventaja. Tengo mi corazón que resbala y da vueltas en su propia sangre, y el tuyo está desbaratado, revenido y lleno de pudrición.

Esa es también mi ventaja. Mañana estarás muerto, o tal vez pasado mañana o dentro de ocho días.

“No importa el tiempo. Tengo paciencia."

E1 hombre vio que el río se encajonaba entre altas paredes y se detuvo. "Tendré que regresar", dijo.

E1 río en estos lugares es ancho y hondo y no tropieza con ninguna piedra. Se resbala en un cauce como de aceite espeso y sucio. Y de vez en cuando se traga alguna rama en sus remolinos, sorbiéndola sin que se oiga ningún quejido.

"Hijo -dijo el que estaba sentado esperando-: no tiene caso que te diga que el que te mató está muerto desde ahora”. ¿Acaso yo ganaré algo con eso? La cosa es que yo no estuve contigo. ¿De qué sirve explicar nada? No estaba contigo. Eso es todo. Ni con ella. Ni con él. “No estaba con nadie; porque el recién nacido no me dejó ninguna señal de recuerdo."

El hombre recorrió un largo tramo río arriba.

En la cabeza le rebotaban burbujas de sangre.

"Creí que el primero iba a despertar a los demás con su estertor, por eso me di prisa."

"Discúlpenme la apuración", les dijo. Y después sintió que el gorgoreo aquel era igual al ronquido de la gente dormida; por eso se puso tan en calma cuando salió a la noche de afuera, al frío de aquella noche nublada.

Parecía venir huyendo. Traía una porción de lodo en las zancas, que ya ni se sabía cuál era el color de sus pantalones.

Lo vi desde que se zambulló en el río. Apechugó el cuerpo y luego se dejó ir corriente abajo, sin manotear, como si caminara pisando el fondo. Después rebasó la orilla y puso sus trapos a secar. Lo vi que temblaba de frío. Hacía aire y estaba nublado.

Me estuve asomando desde el boquete de la cerca donde me tenía el patrón al encargo de sus borregos. Volvía y miraba a aquel hombre sin que él se maliciara que alguien lo estaba espiando.

Se apalancó en sus brazos y se estuvo estirando y aflojando su humanidad, dejando orear el cuerpo para que se secara. Luego se enjaretó la camisa y los pantalones agujerados. vi que no traía machete ni ningún arma. Sólo la pura funda que le colgaba de la cintura, huérfana.

Miró y remiró para todos lados y se fue. Y ya iba yo a enderezarme para arriar mis borregos, cuando lo volví a ver con la misma traza de desorientado.

Se metió otra vez al río, en el brazo de en medio, de regreso.

"¿Qué traerá este hombre?", me pregunté.

Y nada. Se echó de vuelta al río y la corriente se soltó zangoloteándolo como un reguilete, y hasta por poco y se ahoga.

Dio muchos manotazos y por fin no pudo pasar y salió allá a bajo, echando buches de agua hasta desentriparse.

Volvió a hacer la operación de secarse en pelota y luego arrendó río arriba por el rumbo de donde había venido.

Que me lo dieran ahorita. De saber lo que había hecho lo hubiera apachurrado a pedradas y ni siquiera me entraría el remordimiento.

Ya lo decía yo que era un juilón. Con sólo verle la cara. Pero no soy adivino, señor licenciado. Sólo soy un cuidador de borregos y hasta sí usted quiere algo miedoso cuando da la ocasión. Aunque, como usted dice, lo pude muy bien agarrar desprevenido y una pedrada bien dada en la cabeza lo hubiera dejado allí bien tieso. Usted ni quien se lo quite que tiene la razón.

Eso que me cuenta de todas las muertes que debía y que acababa de efectuar, no me lo perdono. Me gusta matar matones, créame usted.

No es la costumbre; pero se ha de sentir sabroso ayudarle a Dios a acabar con esos hijos del mal.

La cosa es que no todo quedó allí. Lo vi venir de nueva cuenta al día siguiente. Pero yo todavía no sabía nada. ¡De haberlo sabido!

Lo vi venir más flaco que el día antes con los huesos afuerita del pellejo, con la camisa rasgada. No creí que fuera él, así estaba de desconocido.

Lo conocí por el arrastre de sus ojos: medio duros, como que lastimaban. Lo vi beber agua y luego hacer buches como quien está enjuagándose la boca; pero lo que pasaba era que se había tragado un buen puño de ajolotes, porque el charco donde se puso a sorber era bajito y estaba plagado de ajolotes. Debía de tener hambre.

Le vi los ojos, que eran dos agujeros oscuros como de cueva. Se me arrimó y me dijo:"¿Son tuyas esas borregas?" Y yo le dije que no. "Son de quien las parió", eso le dije.

No le hizo gracia la cosa. Ni siquiera peló el diente. Se pegó a la más hobachona de mis borregas y con sus manos como tenazas le agarró las patas y le sorbió el pezón. Hasta acá se oían los balidos del animal; pero él no la soltaba, seguía chupe y chupe hasta que se hastió de mamar.

Con decirle que tuve que echarle creolina en las ubres para que se le desinflamaran y no se le fueran a infestar los mordiscos que el hombre les había dado.

¿Dice usted que mató a toditita la familia de los Urquidi?

De haberlo sabido lo atajo a puros leñazos.


Pero uno es ignorante. Uno vive remontado en el cerro, sin más trato que los borregos, y los borregos no saben de chismes.

Y al otro día se volvió a aparecer. Al llegar yo, llegó él. Y hasta entramos en amistad.


Me contó que no era de por aquí, que era de un lugar muy lejos; pero que no podía andar ya porque le fallaban las piernas: "Camino y camino y ando nada. Se me doblan las piernas de la debilidad. Y mi tierra está lejos, más allá de aquellos cerros." Me contó que se había pasado dos días sin comer más que puros yerbajos. Eso me dijo. ¿Dice usted que ni piedad le entró cuando mató a los familiares de los Urquidi? De haberlo sabido se habría quedado en juicio y con la boca abierta mientras estaba bebiéndose la leche de mis borregas.


Pero no parecía malo. Me contaba de su mujer y de sus chamacos.

Y de lo lejos que estaban de él. Se sorbía los mocos al acordarse de ellos.

Y estaba reflaco, como trasijado. Todavía ayer se comió un pedazo de animal que se había muerto del relámpago. Parte amaneció comida de seguro por las hormigas arrieras y la parte que quedó él la tatemó en las brasas que yo prendía para calentarme las tortillas y le dio fin. Ruñó los huesos hasta dejarlos pelones.

"El animalito murió de enfermedad", le dije yo.

Pero como si ni me oyera. Se lo tragó enterito. Tenía hambre.

Pero dice usted que acabó con la vida de esa gente. De haberlo sabido. Lo que es ser ignorante y confiado. Yo no soy más que borreguero y de ahí en más no se nada. ¡Con decirles que se comía mis mismas tortillas y que las embarraba en mi mismo plato!

¿De modo que ahora que vengo a decirle lo que sé, yo salgo encubridor? Pos ahora sí. ¿Y dice usted que me va a meter a la cárcel por esconder a ese individuo? Ni que yo fuera el que mató a la familia esa.


Yo sólo vengo a decirle que allí en un charco del río está un difunto. Y usted me alega que desde cuándo y cómo es y de qué modo es ese difunto. Y ahora que yo se lo digo, salgo encubridor. Pos ahora sí.

Créame usted, señor licenciado, que de haber sabido quién era aquel hombre no me hubiera faltado el modo de hacerlo perdidizo.

¿Pero yo qué sabía? Yo no soy adivino.

El sólo me pedía de comer y me platicaba de sus muchachos, chorreando lágrimas.

Y ahora se ha muerto. Yo creí que había puesto a secar sus trapos entre las piedras del río; pero era él, enterito, el que estaba allí boca abajo, con la cara metida en el agua. Primero creí que se había doblado al empinarse sobre el río y no había podido ya enderezar la cabeza y que luego se había puesto a resollar agua, hasta que le vi la sangre coagulada que le salía por la boca y la nuca repleta de agujeros como si lo hubieran taladrado.

Yo no voy a averiguar eso. Sólo vengo a decirle lo que pasó, sin quitar ni poner nada. Soy borreguero y no sé de otras cosas.


COPIADO DE: http://www4.loscuentos.net


martes, 24 de febrero de 2009

REVISTA "CONTRALÍNEA" No. 120. Segunda Quincena de Febrero

http://www.contralinea.com.mx

Contralínea 120 | 2a quincena FEBRERO 2009

Dé click a la Imagen para ver reportaje sobre PEMEX

Portada

Contraluz
Abriendo el camino a golpes

Política

La muerte de la Constitución

Paulina Monroy

A 91 años de su promulgación, se han aprobado 476 reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Para los especialistas, la mayoría de las reformas son contrarias al espíritu de los constituyentes que pugnaron por la justicia social. Además, leyes y reglamentos contienen artículos inconstitucionales.


Línea Global

Caso Contralínea llega a la ONU

Yenise Tinoco

El Centro Prodh entregó información al relator especial para la Libertad de Expresión de la ONU, Frank La Rue, acerca del hostigamiento que sufren periodistas de la revista Contralínea por parte de funcionarios y empresarios del sector gasero. Mientras, ante el organismo internacional, Gómez Mont mencionó como “logros” del calderonismo la presentación de una iniciativa en materia de libertad de expresión que está en la congeladora.

OPINIÓN

Oficio de papel

* Alguien amarre al secretario de Economía * Los intereses económicos en las PYMES * “Tú Eliges”, un expediente por investigar

Miguel Badillo

Defensor del Periodista
Los zapatos de Bush

Álvaro Cepeda Neri

Contrapoder
Las inquisiciones judiciales de Zeta Gas

Álvaro Cepeda Neri


Poder, Estado, privatizaciones y concesiones

Marcos Chavez

Opinión
Defensores en Guerrero: entre el acoso y la cárcel

Abel Barrera Hernández


Televisa y TV Azteca sin ley

Jorge Melendez Preciado



Reportajes en video:
Serie:
Chanal, Chiapas
Miseria criminal
Presa La Parota. Guerrero
Migrantes. Guerrero-Sinaloa
Miseria criminal
Mitontic, Chiapas
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Miseria criminal
Mixtla de Altamirano, Veracruz
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Batopilas, Chihuahua
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Cochoapa El Grande, Guerrero
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San Martín Peras , Oaxaca
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Tehuipango, Veracruz
Miseria criminal
Entrevista: subcomandante Marcos
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Entrevista: Arsenio Díaz Escalante
director general Fonacot
Entrevista
Represión en Tiripetío