copiado de OJARASCA http://www.jornada.unam.mx/2013/11/09/oja-dialogo.html
Diálogo de los animales y las cosas
Entre naguales, coyotes tramposos y cuervos chocarreros, mitos de origen y fábulas morales, memoria colectiva y escritura personal, comunión con la naturaleza y perplejidad ante los retos de la intemperie, en las cosas, la vegetación y las bestias hay chulel,
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alma. Tal horizonte conceptual lo comparten todos los pueblos indígenas de América. Un mundo de riqueza expresiva, sabiduría indestructible y humorística, lírica, mágica, donde hablan seres que, a veces, se pasan de vivos.
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El sapo y el venado (zoque)
Había un sapo que vivía en un pantano. Mientras estaba desayunando su comida favorita —el excremento— pasó corriendo un venado; éste, al verlo, se detuvo y pensó: “Qué tonto es el sapo, está feliz comiendo pura porquería”. Eso pensó el venado, después se retiró a toda velocidad para buscar hierbas tiernas para comer.
Al atardecer el venado regresó nuevamente al pantano y encontró al sapo comiendo lo mismo. El venado dijo para sí: “Qué tonto es el sapo”, y se alejó a toda velocidad. Así transcurrieron los días hasta que, en cierta ocasión, el venado le dijo al sapo:“Oye sapo,por qué no cambias de lugar y de comida; anda, ven conmigo a buscar otras tierras y comidas diferentes”. El sapo no le contestó al venado. Cada vez que el venado pasaba por el pantano le decía lo mismo al sapo.
Cierto día el sapo no aguantó más y le respondió al venado: “Sabes venado, yo no sé por qué te alejas tanto a buscar comida si siempre comes lo mismo”. El venado permaneció unos segundos en silencio, después le respondió al sapo: “Es cierto lo que dices, pero a mí me gusta conocer nuevos lugares, correr a campo traviesa.Yo soy muy hábil y veloz, corro y salto muy alto. Qué te parece si jugamos una carrera para ve quién es el mejor”. El sapo dijo: “Está bien, acepto. Ya veremos quién es el mejor”. El venado le respondió: “Seguro que yo soy el mejor”. El venado dijo esto porque el sapo era gordito y panzón ya que nunca se movía de su lugar.
Inmediatamente empezaron a preparar la competencia. Invitaron a todos los animales del monte: a las hormigas y chapulines; estos, a su vez, invitaron a los gusanos y los gusanos invitaron a los zopilotes y los zopilotes invitaron a los lobos, que eran sus parientes, y los lobos invitaron a los tigres y los tigres invitaron a los leones. Total que todo mundo estaba invitado a presenciar la competencia entre el sapo y el venado. Por fin llegó el día esperado. Los competidores tenían que correr siete tramos, cada tramo era una meta. Los competidores se pusieron en posición para iniciar la carrera y el águila dio el banderazo de salida.
El venado salió disparado como rayo, pero cuando llegó a la primera meta el sapo ya se encontraba ahí, salió corriendo hacia la segunda meta y el sapo ya se le había adelantado, y así corrieron los siete tramos y el sapo siempre ganaba. En el último tramo el venado se cansó mucho y de tanto esfuerzo que hizo cayó muerto; el venado nunca supo cómo el sapo, siendo tan lento por su gordura, le ganó. Pero el sapo era un animal muy astuto, él sabía que no le podía ganar al venado, por eso invitó a su familia para que lo ayudaran en la competencia, colocó a cada uno de sus parientes en las metas. De tal manera que cuando el venado llegaba a la meta, sus parientes ya estaban ahí y como todos los sapos se parecen el venado no se dio cuenta del engaño. Así es como ganó el sapo o, mejor dicho, como ganaron los sapos.
Una vez que murió el venado, todos los animales se reunieron en torno a él para despedazarlo y comérselo; el sapo comió el excremento del venado y las hormigas bebieron la sangre. Todos los animales comieron, cantaron y bailaron alrededor del muerto. Los sapos no dejaron de bailar y cantar. Por esta razón actualmente el venado vive en el monte y corre siete veces cuando lo van a cazar y siempre regresa al mismo lugar. El venado odia al sapo y lo aplasta cuando lo encuentra, y el sapo siempre vive en los pantanos y se la pasa comiendo excremento por tramposo. El sapo por miedo no sale de día, sólo camina de noche.
Narrado por María Sánchez Álvarez,
Nuevo Francisco León, Ocosingo, Chiapas. |
Incendio/guendaria’qui’
(zapoteco del istmo)
Esteban Ríos Cruz
El alba
extiende su mantel rojo. Canto de zanates. El epazote y el cordoncillo se saludan con la brisa. En el patio, los chicozapotes duermen a pierna suelta. El sol, como un niño travieso, se encarama en la figura pálida del ciruelo.
Siedo’ye’
ruchiaa larigueta ziñá xti’. Roonda bigose. Yagabiti ne ye’daana Rudí’ca diuxi ne binisa. Lo layú yoo, ca guendadxiña nisiaasica nuchiaa niaaca. Ubidxa, sica ti ba’du’ nadxi’ña’, dxi’ba’ lo ti yagabiadxi naguchi
El pájaro caballero y el pavorreal (me’pha a, o tlapaneco)
Recogido por
Abad Carasco
En aquel tiempo el pavorreal
era un pájaro muy feo y el caballero* era bastante bello; era el más bonito de todas las aves. Una vez que hubo una fiesta entre los pájaros, el pavorreal no quería asistir porque le daba pena su mal vestido. Entonces se le ocurrió una excelente idea: pedir prestado un traje. Empezó a ver a todos los pájaros para decidir a quién pedirle prestada su vestimenta. Vio que era el pájaro caballero el que tenía el traje más bonito. Entonces llegó con el pájaro caballero y le dijo:
–Amigo caballero, vengo a pedirte
un favor bastante grande; por tu belleza no soy digno ni de acercarme a ti.
–¿Y qué favor quieres que te
haga?— preguntó el caballero.
–Quiero que me prestes tu traje
para asistir a una fiesta. Lo quiero sólo por hoy y te lo traigo tan pronto termine la fiesta. Te prometo que lo voy a cuidar mucho.
–¿Y yo qué me pondré?— preguntó
el caballero.
–Yo, mientras , te presto mi ropa.
Ante la insistencia del pavorreal,
el caballero le prestó su ropa sin desconfianza, pero aquél jamás regresó. Huyó con la ropa del caballero.
Desde entonces, el pavorreal
quedó bonito con la ropa del caballero, mientras que éste se puso feo. Por eso no sale de día, sólo de noche, porque le da pena traer ropa del pavorrreal, y por eso tampoco hay pavorreales donde viven los caballeros.
*Caballero: ave nocturna, también conocida
como tapacaminos o cubrecaminos.
Tintas; Atziri Carranza
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Cuento de las tres cosas/ ñomndáa, Cwentoo’ ndye ‘nan
(ñomndáa, O amuzgo)
(ñomndáa, O amuzgo)
Aurora de Jesús Cruz,de Xochistlahuaca (Suljaa’), Guerrero
Un día, la mesa organizó una
reunión a la que invitó a la silla y a las piedras del fogón. Los tres se reunieron en la cocina, le pidió al perro que fuera por ellos porque no podían llegar por sí solos.
Cuando se reunieron, tomó primero
la palabra la mesa.
–Yo los cité aquí para que veamos
qué hacer con esta mala vida que llevamos. Yo sufro mucho, muchas cosas ponen en mi espalda, nadie me da de comer, sólo me ocupan para cargar la comida, sólo los cuatro dueños comen bien.
Cuando empezó a hablar, la silla dijo:
–A mí también me pasa lo mismo
que a tí, yo siento bien cómo se me va haciendo pesada la carga mientras están comiendo nuestros dueños y se van acabando la comida que tú cargas.
Contestó la piedra del fogón:
–Ustedes no la pasan tan mal, nosotros
sí sufrimos mucho, casi casi nos morimos cuando nos ponen el sombrero ancho en nuestras cabezas, nos empiezan a echar lumbre y nos empezamos a quemar bien feo, luego tiene que pasar mucho tiempo para que nos compongamos.
Al escucharlos contestaron las leñas:
–Ya dejen de estarse quejando de su
destino y acéptenlo, eso no es nada en comparación de lo que nosotros sufrimos. Nosotros realmente nos morimos cuando nos queman y nos transformamos en cenizas, pero no nos estamos quejando. | Cwii xuee meisa s’aan jumta ñequio sula, ñequio ljo’ tei’chom, ndyena tjmndyenanaquii’ caseina, ndo’ tsán na ñetjacachuu joona, catsue’ ee xocandaa nnc’oochen nquieena.
Jnda na tjomndyena, quiajo’ts’an na to
‘jndyee matseinein meisa. Matso meisa.
Ja l’ue ts’oo nya na nntiaaya nawi’ na cwitjoo n e ja jeen wi’ matjon jeen jndye ‘nan cwintyjo naxan ‘a saa tj’anan ‘ñeen nñequiaa chjoowi’ na lcwaa’ a tomti na machoya nantquie, ñequiee nn’an na ‘ naan ja jeenya cwicwa’na.
Quia’ t’oo sula maatsoom mati ja macwe’
laa’ti’ matjon, janntyjii ntyjiichan
wjawijaa’ñe ts’an na ‘naa n ja choya
jom xje nna macwaan ‘an ndo’ ‘u wyandyaan dyu’ xjen’ñeen cwjandyue nantquie na ntyjo nacjo’.T’oo ljoo’_tei’chom je’cwiluena ‘o xen ndya’ ya na cwe’ laa’ti cwi tjom’yo’ ja t’manti na wi’ cwint’iaaya ncue ncuee cwjaa ñ’aa nya ee xjen na nntiom ts’an tjan xjen na nntiom ts’an tjanxjen tmein nquaa nya xjen’ ñeen mana njñom ts’an chom nacjeen tjxqueen’ neen mana nntseicona’.
Ja cwajndii cwicondyo cwileiweendyo
xeen jnda jeen yo wjaco’ya nnda’na’ ja. Quia jo’ jla’ xuaa n’ oomteincwe, jluena ‘o xen ndya’ ya na cwe’ laa’iti cwitjom’yo ja mana cwjaa ya na qui’ na cwindye’ ntjoo nya, ee ja cwicondyo a, ñ’aa n ya mana matseicwa quen ‘na’ tsquie ja |
Zoque: Mitos, cuentos y creencias zoques, de José Luis Sulvarán López (editor y compilador). Universidad Intercultural de Chiapas, San Cristóbal de las Casas, 2007.Amuzgo: Antología de cuentos indígenas de Guerrero, compilado por Rosa Román Lagunas. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 2007.Zapoteco del Istmo: Palabras germinadas/Ca diidxa’ guchendú, de Esteban Ríos Cruz. Serie Literatura Indígena Contemporánea, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, México, 2008.Me’pha a: Relatos tlapanecos/Ajngáa me’pha a, Lenguas de México, número 13, Dirección General de Culturas Populares, México, 1995.
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