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sábado, 17 de diciembre de 2011

EL ARTE EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA: NUESTROS MURALISTAS

copiado de MONTSERRAT: HISTORIA Y ARTE  http://historiarte-montserrat.blogspot.com

“El arte en la Revolución Mexicana: Nuestros Muralistas”
El desarrollo de la cultura y el arte mexicano durante el siglo XX estuvo indisolublemente ligado al movimiento armado de la Revolución Mexicana que no solo provocó profundos cambios políticos al terminar con la dictadura de Porfirio Díaz, también hizo posible la transformación de la sociedad mexicana. Las manifestaciones de este cambio se reflejaron prácticamente en todos los aspectos de la vida social de nuestro país y de manera muy explícita en las expresiones artísticas y culturales.
La Revolución (1910-1921) marca un periodo fundamental en la historia moderna de México. Los gobiernos que siguieron a la lucha armada se llamaban a si mismos “revolucionarios” porque proclamaron que ellos eran los depositarios y continuadores de los logros de la Revolución: Justicia Social, Participación del Pueblo en las Decisiones Políticas, Repartición de Tierras de Latifundios, Alternancia política, Lucha por la Independencia y Soberanía Económica, Mejoría en la Vida Laboral, entre otros.
Durante y después de la Revolución Mexicana se elaboraron imágenes plásticas que representan la lucha revolucionaria, sus logros o a los protagonistas de la contienda (Emiliano Zapata es uno de los mas retratados, pero también hay imágenes de Pancho Villa, Francisco I. Madero y otros). Sin embargo, no todas estas imágenes dicen lo mismo. Cada pintor tuvo su propia opinión de la Revolución según la experiencia que vivió durante esa época, y de acuerdo a la posición política y social en que se ubicó durante y después de 1921.
Hubo artistas que fueron testigos presenciales de la lucha revolucionaria (como José Clemente Orozco y Francisco Goitia), y hubo otros que no la vivieron porque estaban estudiando o viviendo fuera de México (como Diego Rivera). Algunos artistas se interesaron y se unieron a las causas populares que surgieron durante la lucha, otros no se identificaron con ellas y creían que el pueblo era manipulado por los caudillos. Unas cuantas imágenes revolucionarias se pintaron durante los años de lucha, pero la mayoría de ellas se realizaron una, dos, tres o mas décadas después de concluido el conflicto. En general, las obras contemporáneas a la lucha son más trágicas y desesperanzadas que aquellas que se hicieron posteriormente, en donde se idealizan algunos aspectos.
Finalmente, como en la escritura de la historia, cada artista tuvo su propia interpretación política, social o filosófica de lo que significó la Revolución para los mexicanos. Por ello, así como usamos fuentes documentales para estudiar este periodo de nuestra historia, así también podemos valernos de las imágenes artísticas para mostrar las distintas aproximaciones, en diferentes tiempos, a este mismo episodio histórico.

Analizaremos la vida y obra de los siguientes Muralistas Mexicanos:
a)      José Guadalupe Posada
b)      Gerardo Murillo
c)       Francisco Goitia
d)      José Clemente Orozco
e)      David Alfaro Siqueiros
f)       Diego Rivera
g)      Leopoldo Menéndez
h)      Fernando Castro Pacheco
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La manera de analizar sus Murales será el tema, año de elaboración, impacto que tienen las imágenes, colores utilizados y técnica pictórica utilizada.


JOSÉ GUADALUPE POSADA
Las manifestaciones artísticas mexicanas en el siglo XX tuvieron como antecedente directo la obra del grabador, ilustrador y caricaturista político José Guadalupe Posada, quién durante el régimen autoritario de Porfirio Díaz fue un duro crítico del sistema político mostrado un mordaz sentido del humor y cuyo legado recogido y enriquecido por los grandes artistas mexicanos. Posada realizó ilustraciones y caricatura política en periódicos de la época. Su mural más representativo es:
“Sueño de una tarde dominical en La Alameda”. A José Guadalupe Posada le debemos una parte y a Diego Rivera otra. La razón es que “La Catrina”, representación de la muerte fue grabada por Posada y a la cual Diego Rivera la termina de vestir. Observemos el mural.

GERARDO MURILLO
Tras la muerte de Posada acaecida en 1913, fue Gerardo Murillo quien se encargo de brindar un nuevo impulso a las actividades artísticas de la época.
Murillo había sido estudiante de la Escuela Nacional de Bellas Artes y logró obtener una pensión del gobierno de Porfirio Díaz para completar sus estudios en Europa, en donde sus intereses políticos lo acercaron al partido socialista italiano.
A su regreso a nuestro país, Gerardo Murillo adoptaría el seudónimo de Dr. Atl, que en lengua náhuatl significa “agua”. Murillo patrocinó y orientó sobre los principios del muralismo cargado con fuertes contenidos nacionalistas, a jóvenes y brillantes pintores de esa época que se consagrarían posteriormente como grandes muralistas, tal es el caso de los llamados tres grandes del muralismo mexicano: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Murillo regresó eventualmente a Europa en donde escribió una fuerte crítica acerca del fuerte golpe de Estado de Victoriano Huerta. En sus escritos comparó a la Revolución Mexicana con el socialismo bíblico, a fin de promover el crecimiento del arte, la literatura y la ciencia en nuestro país. El Dr. Atl fue él mismo un gran artista dedicando una gran parte de su obra a retratar los volcanes de México. Sus murales son:
“Erupción del Paricutin”. La historia de este mural consiste en que había conocido a Olvido Ferrara ante un volcán semejante; o para ser más riguroso, ante el volcán en el que se inspiraba. Fue pintado en 1946.

También pinto el mural “Vista del Popocatepetl” en 1934.

FRANCISCO GOITIA
El Zacatecano Francisco Goitia (1882-1960) se unió al ejército revolucionario de Pancho Villa como pintor oficial del general Felipe Ángeles. Años mas tarde recordaría: “Fui a todas partes con su ejército, observando. Nunca porté armas porque sabía que mi misión no era matar…”. Su trabajo consistía en dar testimonio pictórico de la vida en estos agitados años. Así presenció varias batallas, como la de Zacatecas en 1914.
Los temas de la pintura de Goitia de estos años muestran el horror y la fascinación que le produjo la guerra. El pintor hizo cuadros que muestran paisajes del norte del país pero, sobre todo, la brutalidad y la muerte que veía cotidianamente. Para realizar su serie de cuadros sobre ahorcados. Goitia colgaba de un árbol cadáveres auténticos y observaba su descomposición para después plasmar el dramatismo de su violenta muerte. La desolación de los paisajes de Goitia transmiten el sentimiento que la Revolución produjo en el artista. Su pintura muralista mas importante es:
"Paisaje de los ahorcados I" la pintó en 1914.

JOSÉ CLEMENTE OROZCO (1883-1949)
Nació en 1883 en Zapotlán el Grande, actualmente Ciudad Guzmán, Jalisco. En los últimos años del porfiriato Orozco asistía a la Academia de San Carlos y realizaba caricaturas políticas para diversos periódicos, entre ellos El Mundo y el Hijo del Ahuizote. Durante la revolución, Orozco continuó como caricaturista, pero ahora contra el régimen de Francisco I. Madero.
En 1915 acompañó al pintor Gerardo Murillo (Dr. Atl) con las tropas carrancistas en su huida a Orizaba. Ahí ayudó al Dr. Atl a editar un periódico llamado La Vanguardia, para el que también dibujó algunas caricaturas en las que criticaba la barbarie revolucionaria.
La visión de Orozco de la revolución es sumamente crítica. Él no representó la revolución como una gran hazaña social llena de héroes y caudillos idealistas que abrazan causas populares. No: para Orozco la revolución fue dolor, muerte, desolación, ignorancia y manipulación desde el poder. En sus imágenes aparece el pueblo anónimo –casi nunca se les ve el rostro- vencido por el cansancio, el hambre, la desesperanza y sin rumbo definido. Los jefes revolucionarios son insensibles a los reclamos populares y se mantienen inconmovibles ante el dolor que los rodea.
A través de su pintura, Orozco expuso sus reflexiones sobre la humanidad y el sentido del arte. Sus preguntas esenciales fueron acerca de la justicia, la ética, la historia, la misión del hombre, y otras de corte filosófico. Por su propio escepticismo y sentido crítico del mundo, Orozco nunca se sintió plenamente integrado al muralismo oficial posrevolucionario. A diferencia de sus colegas, Orozco no confiaba en su proyecto político redentor que aseguraba un futuro promisorio. Veía la lucha social como un mal que no aliviaría la precaria situación del pueblo. En cambio, creía en el arte como instrumento de transformación del hombre.
Para acentuar el dramatismo de sus imágenes revolucionarias, el pintor usó colores oscuros, y espacios cerrados y actitudes corporales de expresión trágica y tensión contenida. Sus murales mas destacados son:
En 1926 pintó "Las soldaderas".

"El combate" lo pintó entre 1925 y 1928.

Y por último tenemos su mural "La boda del general", pintado entre 1913 y 1917.

DAVID ALFARO SIQUEIROS (1896-1974)
Fue un artista-político. Su expresión artística estuvo íntimamente ligada a su actividad política dentro del partido comunista y como sindicalista. Según Siqueiros el arte tenía una misión política que cumplir: debía ser conscientes a las masas de sus derechos sociales y políticos, y guiarlos ideológicamente. Para el artista, el tema del arte debía atender a las necesidades políticas del pueblo en su lucha por una mejor vida, libre de injusticias y sometimientos.
Así el arte de Siqueiros tiene que verse a la luz de sus convicciones políticas. En su visión la revolución es una fuerza liberadora que trasciende sus límites temporales. Con ese movimiento social se inició la marcha del pueblo hacia la libertad e igualdad y nada debe detenerla.
El lenguaje plástico que usaba Siqueiros apoya sus convicciones políticas. El dinamismo de las figuras establece un paralelismo con el ritmo del movimiento social, hacia adelante, incontenible. Así mismo, el uso que hace el artista de materiales novedosos y de tecnología como pistola de aire, proyectores de diapositivas y cámaras cinematográficas muestran el sentido moderno que Siqueiros quiere imprimirle a su obra, con lo que también refleja su vanguardismo político. En los años 50 y 60, el pintor sigue involucrado intensamente en la actividad política socialista y por ello el tema de la revolución sigue cargándose de actualidad dentro de su repertorio temático.
En sus imágenes se ve la masa revolucionaria en su marcha hacia la conquista de sus ideales sociales. Entre la multitud podemos reconocer a algunos de los caudillos revolucionarios (Zapata, Obregón, Villa, Carranza), pero no sobresalen: se funden con el pueblo. El ritmo que marcan los sombreros y los fusiles le dan un dinamismo a la composición que corresponde con su sentido político. También vemos un brioso caballo que se detiene abruptamente: es la revolución frenada como un recordatorio de las fuerzas contrarrevolucionarias que a cada paso intentan detener el desenvolvimiento de los movimientos de signo social. Tiene dos murales mas importantes de la época de la Revolucion Mexicana:
"Del porfirismo a la Revolución. Los revolucionarios" que se encuentra en el Museo Nacional de Historia, lo pintó de 1957 a 1966.


"Del porfirismo a la Revolución. La revolución frenada" también se encuentra en el Museo Nacional de Historia, pintado entre 1957 y 1966.


DIEGO RIVERA
Durante los 14 años que vivió en Europa el pintor guanajuatense Diego Rivera (1886-1957) practicó diversos estilos artísticos. Sin embargo, al que le dedicó mas tiempo fue al cubismo. Entre 1913 y 1917 realizó más de 100 obras cubistas y conoció personalmente a los padres de este movimiento pictórico: Juan Gris y Pablo Picasso. En sus cuadros cubistas, Diego Rivera introdujo motivos mexicanos. La más representativa de estas obras es el óleo “Paisaje Zapatista”. En este cuadro, realizado en el verano de 1915 en París, Rivera pintó una alusión al paisaje montañoso del Valle de México, el fragmento de un colorido zarape zacatecano (que le prestó su amigo Martín Luis Guzmán), un sombrero de paja y un rifle con su respectiva canana, en una clara alusión a la revolución agraria que por aquellos años enarbolaba en México el caudillo campesino Emiliano Zapata.
De esta obra el propio Rivera escribió: “la hice sin un proyecto preliminar. Esta obra probablemente logra la expresión mas fiel del temperamento mexicano que jamás logré”. En ella Diego Rivera conjuntó 2 objetivos: por un lado, expresarse en un lenguaje de vanguardia artística; por el otro, usar un tema mexicano y revolucionario para vincularse con la realidad social de su país. Sin embargo, más que una pintura política, en ese momento a Rivera le interesaba más la experimentación con las formas y el espacio cubista. Tiene 3 murales que destacan:
"Paisaje Zapatista" pintado en 1915.


En 1923 pintó el mural de la Secretaría de Educación Pública "La liberación del peón".


"Emiliano Zapata" fue el detalle del mural transportable "Agrarian Leadrer, Zapata" realizado para la exposición del Museum of Modern Art de Nueva York. Pintado en 1932.


LEOPOLDO MENDEZ (1902-1969)
Es uno de los artistas gráficos más importantes que ha tenido la historia del arte mexicano. Su niñez transcurrió entre el final del porfiriato y el estallido revolucionario. A los 15 años ingresó a la Academia de San Carlos, donde adquirió el rigor y la disciplina del dibujo. Desde entonces se dedicó al grabado para ilustraciones editoriales, para carteles o cualquier otra forma de reproducción.
Méndez creyó siempre que el arte debía usarse como arma en las luchas sociales.
Perteneció al partido comunista mexicano y participó en la creación de varias organizaciones de artistas comprometidos con el arte de mensaje político. De éstas, la más importante en la vida de Méndez fue el Taller de la gráfica popular, que dirigió entre 1937 y 1952. Este taller se dedicó a hacer obras gráficas a favor de la lucha socialista y en contra del fascismo, el nacismo y el imperialismo.
En los grabados de tema revolucionario, Leopoldo Méndez muestra el sufrimiento del pueblo durante la lucha armada (“El hambre en la ciudad de México”), su dignidad enfrentando la muerte (“Fusilamiento”) y critica los excesos de algunos caudillos revolucionarios (“A la guerra, a la guerra”). Durante toda su vida Méndez se identificó con las causas del pueblo y representó sus días de fiesta, sus aspiraciones y su vida cotidiana. Igualmente, denunció los abusos de los poderosos y la injusticia de sistemas como el capitalismo, el caudillismo y el imperialismo. Sus 3 murales que tiene mas representativos son:
"A la guerra, a la guerra" grabado en madera en 1930.


 "El hambre en la ciudad de México" pintado entre 1914-15 y 1947.

 Y "Fusilamiento" inspiración para la película Un día de vida, pintado en 1950.


FERNANDO CASTRO PACHECO
Es un pintor, muralista, grabador, ilustrador, mexicano, nacido en Mérida, Yucatán el 26 de enero de 1918. Además de ser reconocido por sus murales, que evocan el espíritu y la historia del pueblo mexicano, particularmente del yucateco, con formas artísticas tradicionales y de gran sentido estético, Fernando Castro Pacheco tiene también obras de caballete y de escultura y ha ilustrado numerosos libros. Hay en su creación un singular uso del color y de la forma que va de lo figurativo a lo abstracto.
Se le considera fundamentalmente un autodidacta. Aun así a los 15 años comenzó su educación en la Escuela de Bellas Artes en Mérida. Es co-fundador de la Escuela Libre de Artes Plásticas de Yucatán en 1941. Trasladó al salón de clases y el estudio de arte al aire libre, lo que permitió al artista captar con mayor libertad la belleza, el color y el realismo de la naturaleza.
Fue en esta época que Castro Pacheco comenzó a trabajar en varios murales de la ciudad de Mérida. Entre 1941 y 1942 terminó varios murales en jardines infantiles (jardines de niños) o de juegos, así como en varios edificios de la escuela rural, como la Escuela Campesina de Tecoh. Usó como tema recurrente en esa época la producción de henequén que tanta influencia ejercía en su medio en aquel entonces. También concluyó murales al fresco con temas culturales y del deporte como en la Biblioteca de la Unión de Camioneros de Yucatán en Mérida.
En 1943 Castro Pacheco parte a la Ciudad de México donde arte se transformó y maduró. Ahí se vinculó al Taller de la Gráfica Popular que se había integrado en 1937 a partir de la Liga de Escritores y Artesanos Revolucionarios. El Taller estuvo asociado con movimientos políticos populares de la época. Fue entonces cuando el pintor atrajo la atención con su arte que fue presentado en una primera exhibición de dibujos y grabados. Comenzó a destacar dentro del grupo denominado Escuela Realista Mexicana en el que también estaban Leopoldo Méndez, Alfredo Zalce y Raúl Anguiano.
Desde 1971 y hasta 1979, trabajó y concluyó 27 murales, denominados así por su gran formato aunque propiamente son pinturas al óleo sobre lienzos y no sobre la superficie mural, en el Palacio de Gobierno de Mérida, Yucatán. Estos “murales” que han cobrado gran fama y son un atractivo para el visitante, reflejan mitos y tradiciones mayas, así como realidades de Yucatán después de la conquista, durante la época de la colonia y en el principio del siglo XX, cuando el auge de la agroindustria henequenera generó grandes desigualdades sociales que son mostradas en la obra del artista.
La técnica extraordinaria y el vigor desplegados en estos “murales transportables” de gran tamaño, le ha dado fama y reputación al autor, cuya obra, llena de sentido estético y de significado histórico, representa un verdadero patrimonio cultural para Yucatán.
Sus murales se encuentran expuestos en el Palacio de Gobierno del Estado de Yucatán:
"Mural de la guerra de castas".

"Felipe Carrillo Puerto y Lázaro Cárdenas".
“Suplicantes” pintado de 1913 a 1917

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