Riesgo de catástrofe sanitaria en la franja de Gaza; no hay luz en hospitales y escasea el gas
Bloqueo israelí deja a millón y medio de palestinos sin electricidad
Mahmoud Abbas advierte a Israel que recurrirá al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas
Tel Aviv ignora llamados internacionales y mantiene cerrado el paso al territorio reocupado
Gaza, 20 de enero. Amplias zonas de la franja de Gaza, donde viven un millón 500 mil personas, se quedaron a oscuras este domingo luego de que la única central eléctrica del reocupado territorio palestino cesó su actividad por falta de combustible debido al cierre de fronteras impuesto por Israel. La falta de suministro eléctrico afecta principalmente los servicios sanitarios y los hospitales, donde se atiende a decenas de heridos de los últimos ataques del ejército israelí que cobraron al menos 37 vidas.
El director de la central, Rafik Mliha, confirmó el cierre total de las instalaciones que producen 65 megavatios de los 200 que consumen los habitantes de la franja de Gaza, lo que afecta a unas 800 mil personas. El resto procede de Israel, que por ahora no ha cortado ese suministro, y de Egipto.
La ciudad de Gaza y los campos de refugiados de Al-Bureij y Nuseirat, al sur, que acogen a un tercio del millón y medio de habitantes de la franja, quedaron en tinieblas, además de que escasean las reservas de gas doméstico y combustible para algunos generadores.
Israel impuso el jueves pasado el férreo control del territorio palestino, dominado por el movimiento de resistencia Hamas, en represalia por los disparos de cohetes artesanales por parte de militantes palestinos hacia su territorio.
Pese a los llamados internacionales, el gobierno israelí decidió este domingo mantener el bloqueo que impide el ingreso del combustible, además de alimentos y otros productos de primera necesidad a este territorio, donde la población depende de la ayuda exterior.
El presidente palestino, Mahmoud Abbas, exigió a Israel el levantamiento inmediato del bloqueo y que autorice la entrada de carburantes “para facilitar la vida de los inocentes” y para permitir que los hospitales se mantengan en funcionamiento. Afirmó que si Israel no pone freno a esta situación, recurrirá al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
“Este cierre tendrá graves consecuencias para los habitantes, pero también para el funcionamiento de los hospitales y estaciones de bombeo de agua y las fábricas”, reiteró Rafik Mliha.
La falta de electricidad “podría tener efectos devastadores en la vida de los civiles de Gaza”, indicó Christopher Gunness, vocero de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (UNRWA).
“Privar a la gente de cosas fundamentales es privarlos de la dignidad humana. Es difícil comprender la lógica que consiste en hacer sufrir a centenares de miles de personas por nada”, sostuvo.
De la misma manera, el ministro palestino de Salud, Moaiya Hassanain, advirtió que este corte podría causar una catástrofe sanitaria. “Ahora tenemos que elegir entre concentrar la poca energía en los cuartos de maternidad para los recién nacidos o en los quirófanos para realizar operaciones del corazón” a los pacientes, dijo.
El grupo británico de derechos humanos Oxfam también condenó el bloqueo de combustible y lo calificó de “inefectivo e ilegítimo”, mientras el grupo israelí Gisha, que ha luchado en la Suprema Corte por que se le suministre combustible a la franja de Gaza, dijo que este castigo a los 1.5 millones de palestinos no detendrá el lanzamiento de cohetes y sólo creará un increíble sufrimiento humano en ambos lados de la frontera.
Además, las bodegas en el ya empobrecido territorio comenzaron a quedarse sin mercancías por un alza de la demanda y la falta de suministros, mientras las gasolineras fueron cerradas por la escasez de gasolina y diesel.
Desde Siria, el líder de Hamas en el exilio, Jaled Meshaal, en declaraciones a la cadena qatarí Al Jazeera, apeló los líderes árabes y a Abbas a que olviden las diferencias y ayuden a la lastimada población de Gaza.
Meshaal dijo que ya se puso con contacto con líderes de algunos países árabes, entre ellos Egipto y Arabia Saudita, en busca de ayuda y para que presionen a Israel.
En la franja de Gaza, Hamas, dio a conocer que cuatro horas después del apagón, cinco pacientes perdieron la vida por el corte de energía en los hospitales, de acuerdo con la edición en Internet del diario israelí Haaretz.
El rey Abdallah II de Jordania expresó su “inquietud por el deterioro de la situación humanitaria” y condenó “las violaciones militares israelíes en Gaza, que provocan la muerte de inocentes”.
Los palestinos, de su lado, almacenan los pocos suministros que tienen en medicinas y alimentos básicos, como arroz y agua, además de baterías para poder iluminarse en anticipación a los largos, oscuros y fríos días que vienen.
Tanto en la franja de Gaza como en Cisjordania, cientos de palestinos que portaban velas marcharon hoy en señal de protesta, pues ya a principios de diciembre Israel había reducido sus suministros de combustible, lo que forzó a la central eléctrica a reducir a la mitad su producción.
En este contexto, el ejército de Israel dio muerte a dos militantes en el norte de la franja de Gaza en un nuevo ataque aéreo. Una de los víctimas era miembro de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, un grupo armado ligado a Fatah, el movimiento de Abbas, al que los soldados responsabilizaron de haber lanzado un cohete Qassam contra territorio israelí.
Desde el 15 de enero, el ejército israelí ha dado muerte a 37 palestinos, en su mayoría activistas, en operaciones militares para tratar de hacer cesar los disparos de cohetes.
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