Por: MIREIA SICILIA
La fiesta de los enamorados, a la que da nombre San Valentín, es un festejo celebrado en la mayor parte del mundo como un canto o exaltación al amor expresado en el pagano dios cupido y su bienhechora flecha que hiere en los corazones. Pero ¿quién fue el santo que da nombre a esta fecha tan señalada? ¿Por qué se le relaciona con el amor?Según el libro o catálogo de los mártires de la religión católica -Martirologio Romano- se tiene noción de que existieron dos pero podría haber algún San Valentín más de los que puede proceder esta relación.
La situación histórica es la de finales del siglo III. Estamos en la denominada era de los mártires. Por todo el Imperio Romano se está incrustando la raíz del cristianismo y los emperadores arrasan con las persecuciones y martirios a quienes desechaban a los dioses tradicionales.
Se tiene constancia de un San Valentín que procede de la localidad de Terni -a unos 100 kilómetros al norte de Roma- nacido en torno al año 175 y del que se sabe que fue ordenado por San Felicio de Foligno y llegó a ser obispo. Fue famoso por su evangelización y por milagrosas curaciones que obró en la época. Terminó sus días decapitado por orden del prefecto Furius Plácido en Roma. Fue enterrado en la Vía Flaminia, entre Roma y su ciudad natal.
LA LEYENDA DE LOS ESPONSALES
También hubo un San Valentín de Roma cuya actividad principal era la de socorrer y dar sosiego espiritual a los presos que iban a ser martirizados durante la persecución que sufrieron los cristianos en la época de Claudio Aurelio Marco Gótico (214-270) que gobernó el Imperio Romano durante algo menos de dos años (268-270).
Cuenta también la leyenda -no demostrada históricamente- que este emperador romano prohibió la celebración de matrimonios entre los jóvenes, ya que tenía la idea de que los solteros eran mejores soldados, por no tener ataduras. Se cuenta que el sacerdote cristiano no acató la orden del emperador y siguió casando a las parejas en secreto, y este podría ser un posible origen de su consideración como patrón de los enamorados.
También se dice que el emperador Claudio, dada la popularidad del sacerdote, estaba interesado en granjearse su amistad y quiso convencerle para que abjurase de su fe. Interrogado por Asterio, teniente del prefecto de Roma, cuenta la tradición que Valentín continuó haciendo profesión de su fe y que el juez , que tenía una hija ciega, le dijo algo así como que probara su fe devolviendo la vista a su hija y entonces él se haría cristiano. San Valentín obró el milagro y la muchacha recobró la vista.
El emperador, aunque no deseaba la muerte al presbítero romano, tuvo miedo de aparecer, ante el pueblo, sospechoso de cristianismo y San Valentín fue detenido y enviado al prefecto de Roma, quien mandó que lo zahirieran dándole mandobles con mazas antes de ser decapitado. La tradición sitúa este hecho, precisamente, el 14 de febrero del año 269.
Los datos por los que se tiene constancia de estos hechos están basados en actas y cartas apócrifas por lo que es difícil constatar fehacientemente si los hechos corresponden a uno u otro San Valentín y si son exactos totalmente.
Sea como fuere, el Papa Julio I (337-352) hizo construir una iglesia cerca de Ponte Mole en memoria del mártir de Roma.
También hubo otro Valentín, en este caso también sacerdote romano, que murió en el 273. En este caso es muy venerado en Francia, sobre todo en la diócesis de Jumiéges, donde se levantó en su honor una impresionante iglesia.
La idea de relacionar al santo o santos con la exaltación del amor, es muy probable que estuviera, al margen de la leyenda expuesta anteriormente, en los ritos paganos que ya existían.
Así, en el calendario de la antigua Atenas, el período comprendido entre mediados de enero y mediados de febrero era el mes de Gamelion, dedicado al sagrado matrimonio de Zeus y Hera. También en la antigua Roma, justo el 15 de febrero, se celebraban las Lupercales, unas fiestas en que las pasiones se desataban porque se celebraba en honor de Fauno Luperco, el dios de la fertilidad.
La fiesta de San Valentín fue declarada por primera vez por el Papa Gelasio I, prelado que rigió la Iglesia Católica entre 492 y 496 que fue quien condenó, precisamente, las prácticas de las lupercales, cristianizando de esta manera esta fecha dedicada a los enamorados.
Tomado de:http://www.revistalaguia.com
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