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lunes, 4 de mayo de 2009

CHONG HYON-JONG: Poemas

tomado de "La Jornada Semanal":

Poemas

Chong Hyon-jong*

Elogio del crepúsculo

A la puesta del sol
El mundo se enriquece.

Los árboles se hunden en el crepúsculo
Los antiguos edificios de piedra
Los haces de luz mercurial
La profundidad de la penumbra
Que el cielo umbroso va enmarcando.

Es hondo el crepúsculo
Nada queda intocado
Nada es indiferente
La abundancia denota que no discrimina)
Mi cuerpo está sobradamente abierto
Como el aire vacío,
Nada hay que mi mano no alcance
Igual que el agua...

Cuya mano se extiende al infinito.

Tan poco tiempo para amar

Hay tan poco tiempo para amar.
Un niño pita –tut, tut- su corneta de plástico
Los puerros que lleva una señora
Crecen robustos en su bolsa
Un abuelo corre a alcanzar el autobús
Y dos muchachas, qué importa el motivo,
Marchan con dos o tres rosas en la mano
¡Flores inmarchitables!
En el bolso de vinilo de la señora
Explotan los capullos de castaña.

Picadura de abeja

Montado en la escalera portátil
Recolectaba manzanas con alborozo
Era la primera vez.

La más a punto atrajo mi mano
En un brazo alto.
Al momento de tocarla, ¡ah!
Un dolorcillo asaltó mi dedo:
La picadura de una abeja
(Oculta en una grieta formada por el tiempo).
Al paso de las horas
El dedo dolía más.
(Extraer una lección de este suceso
parece vano).

Aunque el dolor continuaba
Mi corazón floreció como un manzano en otoño.
El dolor es otra vía de unión secreta
Con todos los seres del universo.
En la inmensidad de la naturaleza
Bastó un poco de veneno
Para fundir mi cuerpo con la vastedad.

De haber sabido...

A veces lo lamento:
Aquel encuentro, esa ocasión,
Pudo haber sido una mina de oro...
La persona de entonces,
El designio de entonces,
Pudo haber sido una mina de oro...
De haber porfiado un poco

De haber hablado
Escuchado atento,
Amado más...

Mas medio mudo
Como sordo
¿Absortó en qué?
Dejé que huyeran.
De haber amado
Aquel momento intensamente.

De haber sabido...
Que cada instante era un capullo,
Que podía florecer
A mis cuidados.

Amparo

Igual que un árbol
Bajo la lluvia
En cualquier parte
Quisiera amparo.
¿Dónde estará la lluvia?
¿Dónde el árbol?
El amparo, ¿dónde?

Cierta tristeza

De madrugada, al despertarme,
Cierta tristeza se extiende
Se extiende tenazmente
Una vez y otra,
Empapando la ceguera de la vida
Ensanchándose hasta el infinito.

Echo de menos los saltamontes.

Como dejar atrás el paraguas

Incapaz de partir y dejar
atrás mi yo
Como se abandona en cualquier
parte un paraguas
Sufro tanto.

De abandonarme a mí mismo
Todo sería cielo
Todo amor
Todo libertad.

*Chong Hyon-jong nació en 1939, se graduó en filosofía, ejerció el periodismo y por años fue catedrático de la Universidad Yonsei. Ha obtenido varios premios literarios. Aficionado a Neruda y García Lorca, su poesía ha evolucionado con cada nuevo libro. Poeta original, es uno de los renovadores de la poesía coreana. Desde hace años prevalece su visión abrasadora de todos los seres del universo. Radica en Seúl.

Versiones de Leandro Arellano

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