Tema del dia| 6 Mayo 2009 - 9:59 pm
Las confesiones de Luis Adrián Palacio
‘Fuimos verdugos de la sociedad’
Por: Redacción Judicial
Foto: David Campuzano - El Espectador
El ex paramilitar ‘Diomedes’ es, según el general Montoya, un mentiroso y sus acusaciones son infames.Luis Adrián Palacio, alias Diomedes, dice que entró al Ejército como infiltrado de las autodefensas, reafirma sus denuncias contra el general (r) Mario Montoya y reconoce que mató a más de 150 personas, muchas de las cuales eran inocentes. Sostiene que por sus denuncias está amenazado, pero que no se retractará nunca. En la otra orilla, el oficial (r) Montoya lo tilda de mentiroso y de canalla por sus señalamientos. Asegura que no lo conoce y que fue él quien lo hizo sacar del Ejército porque traficaba con armas. Y recalca que Diomedes tiene un largo prontuario criminal que lo descalifica como testigo creíble, ya que está procesado por extorsión, concierto para delinquir y otras atrocidades perpetradas durante su paso por las Auc. Sin embargo, Diomedes aseguró que no se va a retractar de sus denuncias.
¿Cómo se vincula con las Auc?
Desde 1998 me incorporé y al año Doble Cero me mandó a prestar servicio en el Ejército para infiltrarme. Primero fui autodefensa y luego soldado.
Usted contó ante un fiscal de Justicia y Paz de un supuesto envío de armas que el general Mario Montoya le hizo a ‘Doble Cero’. ¿Cómo fue ese hecho?
Cuando era soldado en el Chocó trabajaba con las Auc. En el Batallón Manosalva era el encargado de sacar armamento y entregarlo a las Auc. Luego vine a Medellín con el general Montoya, a finales de 2001. De la IV Brigada saqué 50 fusiles, unos 800 camuflados, 50 mil cartuchos de todo calibre, botas militares y granadas. De todo.
¿Quiénes eran sus contactos con el general Montoya?
En la IV Brigada trabajaba con los sargentos Piedrahíta y Pardo. El contacto con el general Montoya eran ellos.
¿Pero usted tuvo contacto directo con el general Montoya?
Dos veces. La primera fue cuando salí de la cárcel Bellavista, cuando me capturaron en una base por supuesto tráfico de armas. Salí de Bellavista y a los 15 días me fui para la IV Brigada y hablé con él y la respuesta fue: “Ábrase, que esto se calentó”. A los días me llama Doble Cero para que le recogiera la camioneta que me dio el general Montoya.
¿Dónde, según usted, el General le entregó el armamento?
Al frente del obelisco de Medellín. Él llegó en uniforme y con dos escoltas. Dio seis fusiles AK 47 y M-16.
¿Cómo salió usted de la cárcel?
Ellos mismos (el Ejército) me consiguieron abogados y en 15 días estaba en la calle. Luego me fui a trabajar al bloque Metro y en 2004 me capturan otra vez en Yarumal (Antioquia).
¿Cómo fueron los supuestos contactos entre ‘Doble Cero’ y el general Montoya?
Doble Cero había sido capitán del Ejército. Ellos dos se hablaban desde hacía mucho tiempo para transportar gasolina y tropa por el nordeste de Antioquia.
¿Cuándo entró a las Auc?
Por medio del hermano mío, que entró en 1994 y yo en 1998.
¿En qué acciones participó?
Muchos homicidios en Antioquia.
¿Más que una infiltración, usted entró al Ejército como un contacto de las Auc?
Exactamente. Para suministrarle material de intendencia y de guerra a Doble Cero.
¿Cómo se organizó la acción en la que recibió el armamento?
Me llamó Doble Cero y me dijo: “Váyase para la IV Brigada para que me recoja un encargo”. Llegando allá, recibí otra llamada de él: “Que el señor lo está esperando al pie del obelisco”. Yo ya distinguía al general, y él me dijo: “Esto es para que se lo lleve al señor”. Y también entregó el vehículo en el que estaban las armas, una camioneta Mazda de color gris. Las armas iban encaletadas.
El delincuente siempre es delincuente. ¿Por qué creerle?
En mi primera versión ante un fiscal de Justicia y Paz a mí me dijeron: “Usted tenía que tener contactos con oficiales”, y yo le dije: “Sí, es verdad”. Ya que el general Montoya diga que es mentira, es otra cosa. A los 15 ó 20 días de haberlo señalado vino un supuesto abogado a ofrecerme $100 millones para que me retractara. Eso fue en junio del año pasado.
¿Quién era el abogado?
Le pedí tarjeta y no me la quiso dar, pero el tipo vino a ofrecerse como intermediario para darme plata si me retractaba.
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