¡FELIZ AÑO 2012!
¡QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!
¡QUE EN SUS HOGARES HAYA AMOR,
PAZ,
TRANQUILIDAD Y SALUD!
el bien es una cuestión de amor y de respeto a lo que es bueno para todos, y el amor un fundamento para elaborar un código del bien.
República amorosa, porque
no es posible pensar en el amor cuando se habla del poder. Y añadió:
Uno es generoso o amoroso porque sí, no por imposición. No puede haber una república amorosa, sino justa, de paz, igualdad y fraternidad, acotó.
Pensar con cabeza propia. Educación y pensamiento crítico en América Latina* Raquel Sosa Elízaga** Desandar esos pasos, romper con esos tortuosos vínculos, puede parecer a muchos un salto al vacío, una aventura sin destino, una especie de suicidio intelectual y moral. No obstante, ninguna generación humana puede renunciar a su derecho a crear, a su derecho a imaginar y a proyectar su propia vida, so pena de convertirse en conformista reproductor de todo lo que en verdad le produzca un auténtico malestar cultural: la frustración, el desarraigo, la pérdida de objetivos y el olvido de los sueños que padecen muchos jóvenes en nuestras dolidas sociedades aún el día de hoy, no tiene otro origen ni otra razón de ser que la ruptura de los vínculos con nuestra realidad, la de sociedades oprimidas, empobrecidas, construidas sobre la desigualdad, la exclusión y la desmemoria, pero también dotadas de la energía, la voluntad y la esperanza de ser capaces de remontar su odiosa condición de sometimiento. Nuestra apuesta, por ello, no puede ser más irracional que lo que nos impusieron los conquistadores: “Inventamos o erramos”, bien dijo Simón Rodríguez, y con ello quiso decir que el único camino posible para nosotros es el que nos decidamos a construir entre todos a partir de nuestra propia experiencia, de nuestras propias preguntas, de nuestras necesidades y de nuestros sueños. Tenemos que ser tan radicales como nos sea posible, es decir, capaces de desentrañar, sin miedo y sin falsas suposiciones, las raíces de nuestros problemas y el modo en que en cada época, con las fuerzas y capacidades de que dispongamos, podamos empeñarnos a remontarlos. Tenemos que aprender a mirarnos con otros ojos, nuestros ojos, para rehacer el amor a nuestra tierra, a nuestros saberes, al color y al olor de nuestra piel. DÉ CLIC ABAJO Y LEA TODAS LAS NOTAS: |