México SA
■ Inseguridad y crisis económica: mezcla peligrosa
■ Inconformes con seleción de aspirantes a centro de estudios
Como dirían los clásicos, en materia de empleo ni frío ni calor. Es tal el estancamiento de la economía nacional, que ni siquiera los de por sí deteriorados indicadores laborales en el país registran (para bien o mal) movimiento alguno. Cuando menos no en julio ni agosto del presente año, meses en los que la tasa oficial de desocupación abierta se mantuvo en un terrorífico 4.15 por ciento de la población económicamente activa, o lo que es lo mismo un millón 900 mil mexicanos desempleados. ¿Será por el arribo de Eduardo Sojo a la presidencia del Inegi?
Como sea, si se comparan los resultados del octavo mes de 2007 con los de igual lapso de 2008 entonces sí se reportan movimientos: un incremento de 0.23 puntos porcentuales en la tasa oficial de desocupación abierta, al pasar de 3.92 a 4.15 por ciento, la mayor de los últimos 44 meses. Ese crecimiento se traduce en que 100 mil mexicanos adicionales fueron obligadamente dados de alta en el de por sí voluminoso ejército de reserva, con lo que se exacerba la peligrosísima mezcla de inseguridad pública y parálisis económica.
De acuerdo con la estadística oficial, a lo largo del gobierno calderonista la tasa oficial de desempleo abierto pasó de 3.58 por ciento de la PEA el 1 de diciembre de 2006 a 4.15 por ciento el último día de agosto de 2008, un incremento de 0.57 puntos porcentuales, un resultado que no sólo tira al cesto de la basura el triunfal discurso de la “continuidad” sobre las “cifras históricas” en generación de empleo, sino que confirma la tendencia alcista de la desocupación, en una economía que de plano no se mueve.
Así, siempre según la información oficial (Inegi, concretamente), alrededor de 270 mil mexicanos (sin considerar los que por razones económicas enfilaron hacia el dorado norte, hoy en crisis) engrosaron las filas del ejército de reserva, a razón de 13 mil 500 por cada mes de los 20 que lleva la “continuidad” instalada en Los Pinos. Si se quiere llevar la estadística hasta el masoquismo, entonces a lo largo del gobierno calderonista 19 mexicanos por hora se han incorporado a las filas del desempleo abierto (sin incluir emigrantes).
A lo largo de 2008, la tasa oficial de desocupación abierta se ha incrementado 0.65 puntos porcentuales, y si ello equivale a “no hay preocupación, estamos bien, sí; ya les dije que bien, y tenemos una economía fuerte” (Agustín Carstens dixit), entonces no cabe duda que nuestros carismáticos funcionarios de plano no tienen remedio.
En fin, el Inegi divulgó ayer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo correspondientes al octavo mes de 2008, de la que proviene el siguiente balance: 40.9 por ciento de la población ocupada se concentró en el sector servicios; 19.6 por ciento en el comercio; 15.8 por ciento en la industria manufacturera; 14 por ciento en las actividades agropecuarias; 8.1 por ciento en la construcción; 0.9 por ciento en “otras actividades económicas” (que incluyen la minería, electricidad, agua y suministro de gas) y 0.7 por ciento en actividades no especificadas. Sesenta y seis por ciento de los ocupados se ubica como trabajador subordinado y remunerado; 22.3 por ciento como trabajador por cuenta propia; 7.1 por ciento como trabajador sin pago, y 4.6 por ciento como empleadores. La población subocupada (la que tiene necesidad y disponibilidad para trabajar más horas) representó 5.9 por ciento de la PEA y 6.2 por ciento de la población ocupada.
Por lo que toca a la otra cara de la moneda, el Inegi precisó que a nivel nacional la tasa oficial de desocupación abierta fue de 4.15 por ciento de la PEA. En el conjunto de 32 principales áreas urbanas del país (más de 100 mil habitantes cada una), el desempleo abierto afectó a 5.23 por ciento de la PEA, 0.40 puntos porcentuales más que un año atrás.
Las rebanadas del pastel
Si de empleo y dudas se trata, va una carta (resumida por razones de espacio) que a México SA hizo llegar un grupo de académicos que constituyó la “Comisión de Aspirantes Inconformes con el Proceso de Selección para los Cargos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, ante las irregularidades que se presentaron en el proceso de selección referido”. Va pues: “la convocatoria (…) tuvo serios vicios de origen. El más grave (…) es que se favoreció al personal que ya labora en la Cámara de Diputados y que ‘concursó’ en este proceso. La gravedad (…) no sólo es que se les haya favorecido, sino que estas personas no cuentan con la experiencia y el conocimiento sobre finanzas públicas requerido para los puestos a concurso. (…) se ha filtrado (…) la existencia de acuerdos entre la Comisión del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas y el director del CEFP, Héctor Juan Villareal Páez, para favorecer a tales aspirantes. Desde adentro se favoreció a Roberto Ramírez Archer, actual director de Estudios del Presupuesto y Gasto Público que se encuentra como aspirante, siendo que no cuenta con el requisito del grado de maestría y haber exhibido el título correspondiente. Otro caso es Juan Carlos Chávez Martín del Campo, director de Estudios Hacendarios, quien no cubre con la experiencia requerida de dos años, ya que sólo se ha desempeñado como académico en la Universidad Autónoma de Guanajuato y no en el campo de las finanzas públicas…. esta convalidación tiene como operador al diputado federal Moisés Alcalde, titular de la Comisión del CEFP, quien ha reconocido que se trata de un acuerdo político entre partidos. Asimismo, el diputado Mayan Canabal ha avalado que se trata de un acuerdo de Comisión entre los partidos políticos…. huelga enfatizar los vicios y formas de operar del director del CEFP, la Comisión para el CEFP y la convocatoria. Esto no hace sino confirmar nuestra mala opinión de un proceso que usa a la sociedad y a los cerca de 90 aspirantes a plazas en el mencionado centro para justificar los nombramientos y acuerdos entre partidos políticos… no se respetaron las fechas de la convocatoria publicadas; se difirió la última etapa y evaluación enviando todo un mes las pruebas técnicas; un protagonismo inusual del director del centro en la elaboración de los exámenes; la falta de contenido en temas estrictamente de finanzas públicas; el no entregarse un temario o guía de estudio; el aviso con menos de seis horas de las nuevas fechas de los exámenes técnicos;… (que) los exámenes no diferenciarán perfiles, habilidades y puestos de acuerdo con cada área concursada… (No a) la cultura de nepotismo… (No a las) componendas políticas para justificar candidatos previamente designados por la Dirección General y la Comisión respectiva de la Cámara de Diputados… exigimos reditar el proceso en condiciones de equidad para todos los aspirantes”.
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