Nosotros, en esta página, lo menos que deseamos es albergar y promover un sentimiento tan oprobioso como es el ODIO. Tal vez lo único que odiamos es el odio mismo. Odiamos el odio, diciéndolo de manera más concreta. Queremos y respetamos al pueblo norteamericano y al pueblo de Israel. Reconocemos sus grandes aportaciones que como pueblos organizados y trabajadores han dado a la humanidad entera. Sin embargo, los gobiernos de ambas naciones no han estado, en la mayoría de los casos, a la altura de sus pueblos mismos. Han sido gobiernos que han arribado al poder ( valiéndose de las instituciones democráticas que ambos pueblos supieron darse en un momento determinado de su historia) para servirle al poderoso amo dueño del dinero. Ambos gobiernos ya no nos engañan: no le sirven a sus respectivos pueblos, no buscan el bien común entre todos ellos; son gobiernos que sirviéndose de los instrumentos propagandísticos a su mano, se encargan de alienar a sus pueblos, de enajenarlos y de promover en sus ciudadanos el odio y fomentarles prejuicios en contra de otras naciones o contra un grupo determinado de seres humanos. Cualquier pretexto sirve a esos gobiernos para mantener a sus pueblos sojuzgados mediante el recurso de la mentira y de la fuerza, hacer que estén siempre en disputa con otros países, para que puedan usarlos, manipularlos y hacer de ambos pueblos no unos guerreros valientes, honorables y heroicos que están dispuestos a entregar su vida por la defensa real de sus patrias cuando un verdadero enemigo pretende socavar su legítima soberanía. Ambos gobiernos hacen de sus soldados no esos guerreros heroicos, sino unos chacales depredadores de los pueblos del mundo, para quitarles sus riquezas y soguzgar a sus hombres, violar a sus mujeres y asesinar a sus niños. No son guerreros que se enfrentan a otros guerreros, sino que son asesinos de pueblos, de gente civil e indefensa. Lo de Palestina no es nuevo, Estados Unidos ha asesinado cobardemente a civiles desde tiempos inmemoriales. Israel ha hecho lo mismo, pues a pesar de ser una nación muy joven ya tiene un buen historial de crímenes de lesa humanidad que hasta el momento han quedado impunes. Pero estamos seguros que más pronto de lo que se esperan, esos criminales de guerra encontrarán sus "Nurembergs" y serán castigados por tantos crímenes y atrocidades que han cometido. Ambos gobiernos, el israelita y el norteamericano serán juzgados por sus propios pueblos, pues ellos han sido sus primeras víctimas. Los israelitas y los norteamericanos, de todos los colores y de todas las religiones, sabrán salir de ese letargo, de ese ensueño falso en que han sido mantenidos por sus gobiernos y se darán cuenta de que quienes han tenido el control político en sus respectivas patrias se han encargado de adormecerlos con un opio más poderoso que el que los británicos proporcionaban a los chinos para mantenerlos "adormecidos".
Los pueblos de norteamérica y de Israel, por su propia supervivencia, tendrán que despertar de este letargo y decirle un "Ya Basta" a sus gobiernos opresores, y serán pueblos que se convertirán en amigos de todos los países del mundo, y con su gran talento y enjundia ayudarán a que la humanidad entera viva siglos de prosperidad, de alegría, de justicia y de paz, en comunión con todas las demás criaturas de la naturaleza. Y entonces ambas naciones conocerán lo bello, lo sublime, lo superpadrísimo (como decimos en México) de ser pueblos que sean queridos, apreciados, respetados , admirados y que, además, sean vistos como pueblos amigos, como gente solidaria y de confiar.
Nosotros sí conservamos la fe en el ser humano y creemos sinceramente, de todo corazón, que los habitantes estadounidenses e israelitas NO SON CÓMPLICES DE SUS GOBIERNOS. Estamos totalmente seguros que si conocieran la verdad de las cosas e hicieran a un lado ciertos prejuicios "idiosincráticos", no serían capaces de permitir y apoyar los genocidios que sus gobiernos han cometido y que aún lo siguen haciendo en contra de ciudadanos de otras naciones, en especial contra los más débiles social y económicamente hablando.
Sólo así, liberándose YA de esos gobiernos que han sido tiranos de otras naciones, y de ellos mismos, los pueblos de Los Estados Unidos de América y de Israel podrán dedicarse, enteramente, a garantizar la siempre constante prosperidad, libertad, justicia, alegría y, por ende, paz, de sus respectivos estados. En esa situación, pueden siempre dedicarse a sí mismos, aunque no corran en ayuda de otras naciones. En el último de los casos, las otras naciones lo único que le pedirían al pueblo noteamericano y al israelita es que ya no depreden sus riquezas naturales, que ya no les sigan robando, que no los sigan explotando y exfoliando, que no intervengan en sus asuntos interiores, imponiéndoles gobernantes títeres. Con eso sería suficiente.
En fin, sí creemos en el "sueño americano" y en la "tierra prometida". Creemos que ambos conceptos son válidos, que las dos "actitudes" son justas, que entran dentro de las consideradas "actitudes humanas". Lo que en ningún tiempo ni en ningún lugar será válido, ni será justo, ni se le considerará "actitud humana" es el de oponerse y evitar el derecho que el resto de las demás naciones también tienen a su "sueño" y a su "tierra prometida".
Créannos: "es más seguro que se acabe la humanidad a que se acabe la necesidad de que dos seres humanos tengan que convivir en sociedad".
¡Devuelvan Palestina a los palestinos!
Mientras, vean este triste video:
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