El Nuevo Libro |
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domingo, 16 de noviembre de 2008 | |
El libro “Doña Perpetua.El poder y la opulencia de Elba Esther Gordillo”, escrito por Arturo Cano y Alberto Aguirre es una biografía total de la mujer con más poder y más capacidad de rencor que hay en México. Es una historia de vida narrada con muy buena pluma, cuyos autores logran ensamblar y contrastar lo que la Elba dice de sí con los hechos que realmente sucedieron y con los dichos de lo que vieron sus allegados en cada fase de su agitada vida. El paciente y exhaustivo trabajo de investigación periodística de los autores es digno de elogio. De Comitán a Olintepec, Las Lomas y Sta. Fe hay un largo recorrido geográfico y documental del que obtuvieron un buen fruto. De principio a fin podríamos creer que se trata de la vida de un personaje ficticio de la picaresca política mexicana pero no, es real, demasiado real.
DE MENTIRAS Y AMBICIONES Con cada página uno transita de la sorpresa a la perplejidad, a la risa,la indignación y el rechazo. Y no es para menos. El libro podría llamarse “La Maestra y sus mentiras”. Ha mentido en cuanto a su nombre, a su herencia, a su supuesta iniciación política en un grupo trotskista, a sus amores, a su fortuna y sus bienes, ha mentido en cuanto a todo, con tal de crearse una imagen de sí , sin saber , o no querer saber que no le creemos, mucho menos después de la lectura del libro. Probablemente sus recaídas se deban a los días en que no tiene a quien decirle una mentir. Ella declaró hace varios años a una reportera de la revista actual “me gusta gustar”, quizá debió decir “me gusta mentir”. La verdadera alma mater de Elba Esther es la corriente sindical charra de Jonguitud en el SNTE. Ahí adquirió y con el tiempo perfeccionó, su capacidad de traicionar. Sus ascensos políticos están ligados a la traición. Su llegada a la dirección de SNTE, a la directiva del PRI, a la coordinación del grupo parlamentario del PRI. Sus pactos con Fox y con Calderón, lo mismo que la creación del Panal tienen que ver con eso. la lectura del libro permite confirmar con amplitud lo que es vox populi, Elba Esther es muy ambiciosa. En efecto, ha querido ser presidenta del PRI, gobernadora de Chiapas o del DF, y más recientemente la titularidad de la SEP. En el PRI se peleó con una mafia distinta a la suya y perdió. En Chiapas dicen que si fuera precandidata al gobierno estatal el Chichonal sería el primero en protestar haciendo otra erupción. En el Distrito Federal no tiene futuro y si la pusieran al frente de la SEP hasta los alumnos de jardines de niños harían paro indefinido. Elba Esther llegó a la dirección del SNTE, cuando estaba en su apogeo la gran huelga magisterial de 1989, por la promoción de Camacho y la decisión de Salinas. Los negocios con Martha Sahagún la apalancaron durante el gobierno de Fox. Ahora presiona a Calderón porque sabe que el trabajo sucio que le encargaron en las elecciones del 2006 tiene un precio alto. Desesperada ante los pleitos con la titular de la SEP (su homóloga) se autonombró presidenta vitalicia del SNTE. Su ambición es insaciable. Apoyó la nueva Ley del ISSSTE porque implica un negocio en futuro inmediato, también quiere manejar todos los fondos de vivienda del mismo instituto, y quiere más. Lo malo de todo es que su ambición es enfermiza y su enfermedad es incurable, crónica y degenerativa.
EL CHARRISMO La frase “el elbismo, fase superior del jonguitudismo” sintetiza bien lo que representan Jonguitud y Elba Esther en el sindicalismo mexicano. Son muy representativos del charrismo sindical, cimiento y sostén de los gobiernos priistas y ahora de los panistas, cuyas características son bien conocidas: subordinación al poder, ausencia de democracia, enriquecimiento de los líderes por las cuotas sindicales, creación de grupos de choque para amedrentar o aniquilar a la disidencia, perpetuación de los líderes en la dirección sindical, organización de acarreos para los eventos partidistas y los días primero de mayo (cuando había desfiles), exigencia de una cuota en diputados y senadores y, como premio mayor por los servicios prestados, el gobierno de alguna entidad. Jonguitud fue un buen prototipo de ese charrismo. En 1972 llegó al poder del SNTE con un grupo armado que se hizo del edificio del Comité Ejecutivo Nacional auspiciado por el genocida Luis Echeverría, entonces presidente de la República. Una camarilla sustituyó a otra, en ese caso fue desplazada la que encabezaba Jesús Robles Martínez, quien había controlado el sindicato desde 1952. Jonguitud dominó el SNTE hasta 1989, año en que una gran huelga magisterial lo derrocó. Para no reelegirse como Secretario General se hizo llamar líder vitalicio de la corriente Vanguardia Revolucionaria que él mismo había creado, desde la que controlaba todo lo que se hacía en el sindicato. En su momento de apogeo se mandó componer un himno y una porra. Repartía también medallas “Jonguitud Barrios” al mérito charril para todos sus secuaces. Durante dos sexenios le mantuvieron una cuota de diputados en el PRI y él mismo fue senador. También fue titular del ISSSTE y gobernador de San Luis Potosí Como nos lo recuerda el libro, Elba Esther Gordillo fue colaboradora principal de Jonguitud, luchó por serlo y ahora ella, en casi todos sus actos se inspira en él. Por su jerarquía en aquella mafia sindical es seguro que estuvo al tanto de todas las fechorías cometidas contra la disidencia, especialmente del asesinato de Misael Núñez dirigente de la CNTE en la sección sindical del Valle de México. Ella se formó, paso a paso, en las prácticas de ese charrismo violento y depredador del patrimonio sindical. Pero ¡Oh sorpresa! La discípula ha superado al maestro en todo. Ahora sabemos que el afán de enriquecimiento de una líder es infinito (sobre todo si sus socios son del gobierno federal); que una profesora puede tener casa en sitios exclusivos para millonarios; que un sindicato puede ser convertido en una maquinaria especial para el fraude electoral a nivel nacional (para que no llegara AMLO por ejemplo); que el cobro de facturas tiene que concretarse con alguno de los cargos con los que ha soñado, cueste lo que cueste, que le permitan manos libres para hacer negocios con dineros públicos como los del FOVISSSTE y PENSIONISSSTE. Con la lectura del libro la indignación crece al confirmarse el contrapunto dramático entre la fortuna y vida opulenta de Elba Esther, comparándola con la precaria situación económica y las privaciones con que viven los cerca de un millón de maestros afiliados al SNTE. De acuerdo a los datos aportados por los autores del libro tan sólo en el DF se calcula en 6.5 millones de dólares su fortuna inmobiliaria. Y además tiene casa en San Diego, búnker en Olintepec, inversiones en Sudamérica ¡puf! Sin ser la Secretaria del ramo ya Elba Esther ha hecho mucho daño a la educación pública al colocar a su yerno , Fernando González Sánchez, en una posición clave, una subsecretaría. ¿Que sabe de educación?, punto menos que nada o lo que le pongan en tarjetas. A Elba y a él les preocupa el control de las plazas y los negocios, no la educación. Cano y Aguirre reproducen una declaración del subsecretario de marras cuando lo cuestionan sobre la falta de democracia en el sindicato magisterial, “exigirle al gremio que sea democrático es como exigirle democracia a un equipo de futbol”. Ciertamente,” lo suyo no son los terrenos de la enseñanza, sino las elecciones y todo el caudal de especialidades nacidas de los fraudes pasados y recientes de la historia comicial mexicana”. Ya de suyo la educación pública está en peligro con la derecha en el poder pero con los cargos que le mantienen al equipo de Elba en la SEP vamos a ir de mal en peor. El único afán de la maestra es “tronar” a Vázquez Mota y en medio de su pleito los educadores y los educandos padeciendo. En el terreno político es especialista en fraudes, desde el fraude patriótico en Chihuahua hasta el 2006. Ha puesto al sindicato al servicio del mejor postor. No es que haga labor de convencimiento entre los maestros, no, sino que recluta a cientos o miles de ellos para que, con la complicidad de las autoridades del IFE, alteren resultados tanto del día de la jornada electoral como en los días ´posteriores. El cómo obtuvo el registro electoral para el PANAL, también de manera fraudulenta, ha sido revelado por un excolaborador de Elba Esther, caído en desgracia, Noé Rivera. De acuerdo a lo que leemos en el libro ella dijo en Rosarito B.C. “no soy un monstruo” en el Consejo del SNTE donde se autonombró presidenta vitalicia. Noé revira (como si parafraseara a Martí con aquella frase de conocí al monstruo porque viví en sus entrañas) cuando dice “yo era un gato de la porquería, pero al lado de Elba Esther Gordillo soy un ángel”. Bueno y también nos enteramos de que en 2005, alborotada para ver si podía ser precandidata a la presidencia, hizo su propia encuesta cuyos resultados debieron ser negativos, lo que la hace declarar “Me costaría un enorme esfuerzo ser una estadista. No podría tomar ciertas decisiones; conozco mi carácter, me irrito mucho por simplezas. Me gusta estar cerca del poder, no acapararlo”, ¡Que generosa y autocrítica! Y aunque paga mucho a sus asesores de marketing, en sus dichos y en sus hechos no hay nada de realismo mágico, sino más bien trágico. Elba Esther ha tenido muchos asesores desde 1989 a la fecha ,los ha tenido de varias profesiones y orientaciones políticas distintas. Ellos se esmeran en darle un barniz de estos y aquellos temas pero las sucesivas capas se van descarapelando .Sólo quedan palabras sueltas de la jerga con que cada equipo trata de actualizarla. Cuando repasa sus lecciones los hace en serio, alguna vez se le oyó decir a su chofer: “ es toral que vayas a cargar gasolina”, al ver que el chofer se fue rápido ella debió pensar estas si son indicaciones epistemológicas, o que no. A pesar de que les paga bien a muchos asesores los ha tratado mal, los quiere, si se dejan, de palafreneros. ¿Por qué puede Elba Esther cometer toda clase de abusos en el SNTE, en la SEP y en la política partidista? Porque es funcional al gobierno panista actual, como antes lo fue a los gobiernos priistas. Si a eso le agregamos que Fox y Calderón resultan novatos frente a sus mañas, pues si que estamos lucidos. También cuenta que tanto en los gobiernos priistas como en los panistas la corrupción en las alturas es el pan nuestro de cada día. Ella sólo reclama su dosis de impunidad para enriquecerse, destruir políticamente a sus adversarios inmediatos y blindar su futuro. Por eso es peligrosa, goza de impunidad mientras tenga el apoyo de Calderón. Pero en ningún terreno es invencible, así lo demostró la decisión de 118 diputados del PRI que por conducto de María Esther Sherman dieron a conocer en la tribuna de la Cámara una carta que decía: “Desconocemos a la actual coordinadora, Elba Esther Gordillo Morales, ya que no representa los intereses legítimos y la unidad de nuestra fracción”. Algunos legisladores priistas han comentado que con esa acción se dieron cuenta de que la era del presidencialismo priista había terminado. Afortunadamente , la realidad indica que Elba Esther es repudiada por el magisterio, por los padres de familia de las escuelas públicas y por amplio sectores de la sociedad. Y lo es porque representa lo que la mayoría de la gente rechaza: autoritarismo, corrupción, fraude, negocios chuecos e impunidad.
En un lapso breve, eso espero, ese rechazo se generalizará contra Elba Esther como se hizo patente en 1989 contra Jonguitud. En aquel año la CNTE dirigió la más grande huelga en la historia del sindicato magisterial. Participamos más de medio millón de trabajadores de la educación de todo el país y el apoyo de los padres de familia fue masivo ¡El maestro exige a diario, democracia y más salario! Era la consigna que más se coreaba en las marchas y asambleas. En aquel movimiento la unidad promovida por la CNTE fue fundamental para potenciar muchos movimientos seccionales y regionales. Fue una memorable y combativa primavera magisterial. Ese movimiento acabó con Jonguitud, esperamos que pronto haya otro que acabe con Elba Esther. Es muy importante decir que este libro está muy bien escrito. Que ha través de sus páginas se revela con nitidez se ha forjado el cacicazgo de una líder sindical vitalicia a quien le gusta hacerse temer. También se rebela nuestro espíritu al confirmar que el sindicato de los maestros sea la plataforma para hacer fraudes electorales en todo el país. El libro es publicado en un momento muy oportuno en el país. Las redes del poder se ponen al descubierto con el libro. Que no caigan la ira y las anatemas de Elba sobre Arturo y sobre Alberto. Gracias por su libro, que de hoy en adelante será una referencia obligada. copiado de: www.educosas.com |
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