lunes 9 de junio de 2008
Joven campesina con sombrero de paja (1890)
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El reflejó como nadie la ruda y terrible vida en la mina a través de los obreros plasmados en numerosas telas (tema que traté en mi blog en una entrada anterior), la fatiga de los campesinos en obras como La siesta o Los segadores. Igual se esmeraba en mostrarnos la dulzura de un crio, que la tristeza de unos obreros fatigados con el rostro casi desfigurado tras una ardua e intensa jornada de trabajo . Y esto es lo bueno de este artista, que intenta mirar más allá y se involucra para mostrarnos el lado más humano y profundo de las personas, plasmando el vivo reflejo de la sociedad de aquellos años. Porque ante todo Van Gogh quería que su arte fuese por y para el pueblo y que todo el mundo pudiese llegar a el sin distinción de clases.
En este lienzo de la Joven campesina, la persona aparece prácticamente de cuerpo entero, con las manos reposadas en su delantal, y tras ella un tupido campo de trigo con algunas amapolas. Al igual que ocurre con otras obras en este periodo, la pincelada se extiende más en el lienzo, aunque bastante cargada de pintura. También muy significativo el uso del contraste de colores (tonos amarillos intensos y violetas), pero perfectamente combinados. Sin embargo, aquí el artista si emplea sombras como podemos observar en el sombrero y en el rostro de la joven. Vuelve a utilizar para delimitar los contornos la línea negra, haciendo con esto un mayor resalte de la figura.
Van Gogh siempre buscaba la inspiración a su alrededor y en el tema del retrato toma como modelos a la gente del lugar como en este caso la joven campesina, pero también caben destacar el cartero Roulin, la arlesiana, los mineros, el doctor Gachet...en resultado, las personas con las que entablaba su día a día.
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