El Ocaso
De espinas se cubren
los varios senderos,
de cardos hirientes
y de flores marchitas...
las piedras filosas
sus espacios tapizan;
sus charcos están llenos
con sangres contritas...
en ellos andar suelen
las humanas especies,
buscando en cada fuente
las aguas y mieses.
Y sí pues, es cierto,
los fortuitos senderos
son metas y destinos;
los cardos y espinas,
cuales sombras en caminos,
bellezas ocultan
y protegen vidas...
tras una flor marchita,
va una semilla escondida,
y la esperanza se renueva
cada vez que el sol transita.
Por eso amo la vida,
con sus bemoles
y sus fantasías
porque a pesar de mucho y todo,
con ella ver puedo
las noches y los días
y los ámbitos que de ellos
ampliamente se derivan...
Por eso mismo,
en el ocaso de la misma,
aprecio tanto la vida,
la muy pronta y muy mía...
by panchito
published for the first time in "Dunas de Cydonia" 30 de junio del 2008
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