copiado de PARA REFLEXIONAR http://reflexiones-historias.blogspot.com/
Nuestros enemigos no son los que nos odian, sino aquellos a quienes nosotros odiamos
Un superviviente de un campo de concentración nazi fue a visitar a un amigo que había compartido con él tan penosa experiencia.—¿Has olvidado ya a los nazis? – Le preguntó a su amigo.
—Si. –Dijo este.
—Pues yo no. Aún sigo odiándolos con toda mi alma.
Su amigo le dijo apaciblemente:
—Entonces, aún siguen teniéndote prisionero.
Atribuído a Tony de Mello
La rabia, el odio y el rencor son emociones que nos aferran al dolor y nos desgastan. Mientras no perdonemos a aquellos que nos hicieron daño o nos ofendieron, seguiremos enganchados al daño que nos causaron y a la infelicidad.
Perdonar no quiere decir que necesariamente tenga que haber una reconciliación con aquél a quien perdonamos. Puede haberla o no. Ni siquiera es necesario que se lo comuniquemos. Es algo más a nivel interno, a nivel personal. Es dejar partir el resentimiento y liberarnos de esa emoción negativa, dejando espacio dentro de nosotros para la paz interna y la serenidad.
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