jueves 18 de septiembre de 2008
No, aquí no estamos tan locos
En un fin de semana hace ya algunos meses estábamos en una playa cerca de Tulum. En los camastros que estaban a un lado de los nuestros estaba un señor canadiense. No recuerdo cÓmo pero nos empezó a hacer platica y mi padre y yo, con nuestro inglés, limitado le seguimos la charla. Al parecer era algún empresario que estaba en un viaje de negocios. Nos decía sobre su desacuerdo con la guerra de Iraq y que la Corona era la mejor chela del mundo. Mi papá le preguntó sobre el concepto que tenían los extranjeros sobre la violencia en México, si lo consideraban un lugar inseguro. El contestó que no se sentía en riesgo estando aquí ni siquiera en la ciudad de México donde tenía conocidos viviendo ahí. Estaba enterado de los violentos carteles de la droga y de la delincuencia, pero no era nada comparado con lo que ha visto en otras partes del mundo. Nos empezó a contar un relato en el que según él era la segunda que estuvo a punto de morir. Hace 5 años se encontraba caminando en una calle de una ciudad de Israel. Entró en un edificio, en ese momento estalló un artefacto explosivo en esa calle, los vidrios del edifico se hicieron añicos. Este señor se salvó por estar detrás de una columna de concreto. Cuando salió a la calle empezó a ver a los muertos y heridos. Dijo que los carros y los edificios circundantes estaban cubiertos de clavos (usados como metralla en bombas caseras) que según le dijeron estaban impregnados de veneno. En su estancia de 3 años en Israel presenció varios ataques similares. Cosas que ya eran parte de la vida cotidiana. Exclamó en español; "jamas regresaría, jamas". En ese momento mi papá y yo pensamos "este país no será el más seguro, pero qué bueno que no hemos llegado a ese extremo".
Se imaginarn las cosas que pensé con los sucesos ocurridos hace tres días. Ahora parece que estamos mas cerca que nunca de estar a merced de actos terroristas hacia la población civil cual medio oriente. Esa posibilidad es aterradora.
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