INTEMPESTIVA TRAGEDIA.
Aclamada tierra, ahora que me disuelvo en el cemento,
indiferente y macabro; pretendo sorbo de vida natural,
¡despierta! que aun no nos confundimos en la violencia
enfoquémonos a la diversidad, pero ya no destruyas,
este manglar de amor, que justifica piedad absoluta.
Contemplarte quiero en mi áurea madrugada
oh magnifico destello, que ensalce la grandeza al despertar,
nunca te disuelvas, en las mareas de la desperfección, que inútil,
seguramente aplaces la existencia, pero se notara el ahogo,
unisonó de la materia, cuando ya no envuelva el pensamiento
enriquecedme de tu benevolencia, ya no quiero que te esfumes en la
locura de mi existir, bañadme con la discordia
oh matadme en el delirio diciéndome que conjugas en mi.
Admiradme por mi nobleza misericordiosa o
redímeme por mi hipocresía latente,
miradme con ojos altivos, enfrascado a realidad
impídeme a ser maniático que destruye
justifica aliento de sobriedad porque en vano muero,
ostentoso y frio, haga lo que quiera entonces, el mundo en mi.
¡soy práctico! matad a quien quiera potencializarte en superficialísimo oscurantista.
Por: Juan Jose Curicama
"El Por Siempre Ulises"
ODISEA DE UN AMOR NEFASTO
Quito-Ecuador
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