El Despertar
Luces en las sierras
José Agustín Ortiz Pinchetti
E
l pasado domingo se reunieron en Izúcar representantes de 43 comités de la región mixteca poblana para evaluar con AMLO sus avances. Para sorpresa de los organizadores, a pesar de los costos del desplazamiento, sufragados por ellos mismos, asistieron 276 representantes. El empuje del movimiento se manifestó en la toma de protesta de 18 nuevos comités.
A cientos de kilómetros de distancia, en la sierra nororiental, se prepara otra reunión semejante. AMLO visitará el 25 de marzo Teziutlán. Ahí acudirán representantes de 60 comités que operan en la región. Las diferencias entre la mixteca y la sierra texiuteca son tan grandes como las que pudiera haber entre dos naciones.
No sólo la geografía: la Sierra Madre Oriental está poblada de bosques y es de las más abruptas del país. La mixteca es un semidesierto. En vastas comarcas la gente habla totonaca y náhuatl. Gran parte de la población es indígena y ha estado sujeta 80 años al control político del PRI. Pero existe una vena de tradición rebelde. Desde la Independencia, contra la intervención francesa y en la etapa turbulenta posrevolucionaria.
El movimiento obradorista ha atraído a muchos pequeños comerciantes y profesionistas, sobre todo maestros. Poca gente muy pobre se ha adherido. Diez o 15 comités originales se han quintuplicado gracias al esfuerzo de sus miembros que actúan como promotores. Empiezan a destacar personalidades. En Zoquiapan, Moisés Arellano; en Zacapoaxtla, Nadia Blass y Ramón Vergara. En Cuetzalan nuestros amigos de la floreciente cooperativa Tosepan Titataniske; don Santiago Juárez Nieto en Xiutetelco. Algunas gentes que siguen fieles a las ideas de Vicente Lombardo Toledano nativo de esa ciudad. Como doña Gloria Rodríguez viuda de Campos, que sale todas las mañanas con Francisco Bartolo (de oficio peluquero) a repartir Regeneración casa por casa, y la familia Grajeda Campos, notable por su hospitalidad y decenas de líderes más.
Mientras en la capital, el gobierno de Calderón pasará examen. El día 23 vendrá Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, como cabeza de un equipo de secretarios y miembros clave de gabinete y el embajador Pascual, experto en colapsos políticos. La inusitada visita ha tenido pálida respuesta de los analistas. Sabemos que México es un protectorado. Estados Unidos ejerce de hecho alta dirección e inspección sobre algunas de las instituciones y actividades estratégicas. Es probable que el gobierno de Obama esté preocupado, no sólo por el fracaso de la guerra contra el narco, sino por el oscuro futuro de México. La ominosa posibilidad del retorno del PRI, cuyos principales precandidatos tienen la sombra de colaboración con actividades del crimen organizado debe ser una inquietud para ellos.
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