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05-03-2010 |
Bolívar derrotó a Monroe
Brasil de Fato
El día 23 de febrero quedará en la historia de las articulaciones de los gobiernos y de los pueblos latinoamericanos. La realización de una exitosa conferencia continental con la participación de los 33 jefes de Estado de todos los países, con exclusión de Canadá y de Estados Unidos, marcó la muerte política de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el inicio de una nueva etapa de integración política entre los propios latinoamericanos por medio de la fundación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC).
Un poco de historia
El 30 de abril de 1948, en el marco de la hegemonía militar y política de los Estados Unidos sobre América Latina, y en el clima de la recién iniciada Guerra Fría contra los gobiernos socialistas del Este y las fuerzas populares de nuestros países, se realizó la fundación de la OEA. Participaron en la conferencia fundadora 21 países de todo el continente, todos subordinados a los intereses del imperio del norte.
El objetivo era claro: tener un mecanismo jurídico que permitiese subordinar los gobiernos de América Latina y del Caribe a los intereses del capital estadounidense. Y aplicar en la práctica la teoría de Monroe: “América para los americanos”... del norte!
Y así fue. El gobierno de los Estados Unidos transformó la OEA y los gobiernos subalternos en títeres de sus intereses. Quien se salía de la línea era castigado. Usaron la OEA, a lo largo de esos decenios, para justificar golpes e intervenciones en casi todos los países: 1954 en Guatemala; 1965 en la República Dominicana; y varios golpes militares en la década de 1970. ¡En 1962 expulsaron a Cuba de la organización después que la revolución se proclamara socialista! Más recientemente uno recuerda que el representante de la OEA fue el primero que se dirigió al golpista Pedro Carmona como presidente después del golpe del 11 de abril de 2002 en Venezuela. En 2009 los esfuerzos de la OEA para impedir la continuidad del golpe de Honduras fueron ridículos. Todos sabían que el complejo industrial-militar de los EEUU había dado el golpe.
En el campo económico la OEA patrocinó en la década de 1960 la Alianza para el Progreso como respuesta a los avances revolucionarios en la región. En la década de 1990 patrocinó las iniciativas estadounidenses del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Dentro de sus objetivos estatutarios figura promover el “libre comercio” en la región.
Pasaron los años y la OEA fue desacreditada y derrotada políticamente. Intentó incluso abrir las puertas a Cuba, que se negó con altura a regresar. Y la derrota impuesta en las calles por las movilizaciones populares contra el ALCA y contra el golpe militar en Venezuela alcanzan ahora los salones diplomáticos.
Decisión histórica
En una conferencia histórica realizada únicamente con los presidentes latinoamericanos, aún con la participación de gobiernos derechistas como los de México, Colombia y Panamá, y excluyendo al gobierno impostor de Honduras, pero aceptando a Honduras como pueblo, los presidentes tomaron una decisión histórica: fundar una nueva conferencia de Estados latinoamericanos, sin la presencia de Canadá y de los Estados Unidos.
Nace la CELAC
La CELAC representa la victoria de los pueblos de América Latina contra la hegemonía del capital y el gobierno de los Estados Unidos. Significa rescatar el bello sueño de Simon Bolívar, que convocó un congreso latinoamericano en Panamá, en 1826, para crear una conferencia de unión de los pueblos del Sur que pretendía enfrentar los imperios. Finalmente Bolívar venció a Monroe.
La CELAC es el fruto de muchos esfuerzos anteriores a lo largo de la historia. Ya está fijada la primera conferencia política de la CELAC, con carácter constitutivo. Significativamente se fijó para julio de 2011, bicentenario del inicio de la independencia de los países de América Latina, y se realizará en Caracas, Venezuela, la tierra de Simón Bolívar.
Paralelamente a esa conferencia y a la articulación institucional de los Estados latinoamericanos, avanza también la construcción de una articulación más política y de integración popular, el ALBA. La Alianza Bolivariana de los Pueblos de las Américas rescata el espíritu de Bolívar, Martí, Mariátegui, Che Guevara, Allende, Marighella, Prestes, Jacob Arbenz, Haydee Santamaría y tantos otros, para construirnos una patria grande latinoamericana.
Una patria con un pueblo y un territorio unidos, integrados por la complementariedad de sus riquezas naturales, de su fuerza de trabajo, de su cultura, en un esfuerzo conjunto de construir sociedades más justas, igualitarias y fraternas. En la cual la prioridad sean las personas, la justicia social, en lugar del lucro y la ganancia.
Es largo el camino que se nos abre en la construcción del ALBA y de la CELAC pero por lo menos ya podemos conmemorar una pequeña victoria: Bolívar derrotó la teoría de Monroe, por lo menos en la diplomacia.
Fuente: Brasil de Fato – Edición 366 - del 4 al 10 de marzo de 2010
Traducción: T. Deronne
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