PALABRAS Y CONCIENCIA
Entrevista a Allen Ginsberg
Trad. Claudia Sandoval
P: ¿Sería justo decir que el lenguaje se interpone en el camino de la verdad o en el camino para obtener la verdad?
AG: Muy seguido, por el modo en que el lenguaje es usado. Pero hay uno o dos usos del lenguaje que son idénticos a la verdad, como en cierta práctica poética, donde el lenguaje es usado como mantra, puramente como encanto mágico, no como descripción racional (la cual uno usualmente presupondría como más cercana a la verdad), donde cualquier intento de descripción racional es abandonado, inclusive desde el principio y se comprende que el lenguaje es puramente encanto mágico, que su función es ser solamente un encanto mágico, o mantra, u oración, para decirlo de alguna manera; que su función es la de ser solamente un vehículo fisiológico para los sentimientos y que es entendido como tal.
En otras palabras, si sabes que vas a usar el lenguaje para decir “¡Oh!”, entonces el “¡Oh!” es idéntico al movimiento del cuerpo que dice “¡Oh!”, o al sentimiento. O bien, el lamento “¡Oh!”, la exclamación, el uso exclamatorio del lenguaje, es idéntico a su función, es pues, en este sentido, una verdad completa. Cuando dije encanto mágico, o uso mágico del lenguaje, eso es todo lo que quise decir: uso exclamatorio, emocional, afectivo, en el que el lenguaje no intenta contener ningún otro peso de “realidad” que el de una proyección puramente subjetiva del cuerpo. Así que esa es una teoría del mantra.
Básicamente, lo que estoy diciendo, es que la experiencia, así como la razón, muestran que cuando tenemos que reducir a palabras nuestra conciencia multi-sensorial de un evento que conocemos, tenemos que abstraer a tal grado que eliminamos la mayoría de los detalles de dicho evento, ¿no es cierto? De esta manera, una descripción de un evento, hecha a través del lenguaje, no es idéntica al evento, es una abstracción del evento. Tan es una abstracción, que recoge solamente ciertos aspectos del evento que nos preocupa en ese momento. Así, de ninguna manera se puede decir de la descripción de un evento, hecha por medio del lenguaje, que sea completa y realmente representativa de tal evento. De hecho ni siquiera sabemos si éste existe, y sólo llamamos evento a algo porque lo vemos, oímos y olemos, y todas estas son funciones muy especializadas y estrictamente humanas, como ver, oler, oír.
Lo que podría ser un gran evento a colores para nosotros, podría no serlo para un perro, porque los perros ven en blanco y negro. De hecho una abeja ve miríadas más de facetas. De esta manera, son nuestros particulares sentidos los que colaboran con cualquier cosa que esté sucediendo afuera para hacer que un evento comience. Luego, cuando reducimos lo que sucedió afuera (sea lo que sea que haya sido), además de aquello que pudimos recoger con nuestros patrones de selección, con nuestros sentidos, además de la otra eliminación, esto es, cuando decimos “fue una explosión”, o “fue un concierto”, o “fue una gran redada, una gran redada en la universidad”; así, para el momento en que ya reducimos todo a una pura descripción de palabras, ya está tan ausente de cualquier cosa que podría haber ocurrido en la eternidad, que no podemos decir que estemos hablando sobre ninguna cosa coherentemente real.
Lea toda la entrevista:
Sin embargo, si alguien quisiera, se podría redefinir el uso del lenguaje, y decir que tiene otro uso, el cual es puramente expresivo, subjetivamente expresivo, donde la respiración exhalada es una articulación consciente del sentimiento… entonces la respiración hablada, “Ah-om”, “Oh”, “Ah” o “Uuuh”, es idéntica al evento que describe, porque es el evento… Como dice Blake, “Pues una lágrima es algo intelectual / Y un suspiro es la espada de un Rey Ángel”. La lágrima y el suspiro… bueno, se podría hablar del suspiro, en cualquier categoría, como una forma del lenguaje. El suspiro articula claramente un estado del cuerpo, un estado de sentimiento, un estado de conciencia; no solamente lo articula, sino que es idéntico con su propia Idea. De esta manera, tal como la lágrima, también es, presuntamente, algo intelectual. Justo como el orgasmo es idéntico a sí mismo, igual el suspiro es idéntico a sí mismo. El sonido del suspiro (bueno, no es el suspiro completo porque también está el movimiento de la respiración), es idéntico a lo que significa, a diferencia de la mayoría de los enunciados, o a diferencia de la mayoría de los sonidos. La mayoría de los sonidos no son completamente idénticos a lo que se refieren.
Hay otro aspecto del lenguaje que no es generalmente tomado en cuenta cuando se discute su utilidad para comunicar el conocimiento; este aspecto no es generalmente considerado cuando tratamos de dividir y analizar lo que el lenguaje es, cómo está funcionando, y para qué está siendo usado: el tono de la voz o la intención con la que se pronuncia (si el lenguaje es pronunciado en voz alta), porque eso lo hace diferente de cuando es sólo lectura de vista. Puedes usar las mismas palabras, y decirlas con tonos diferentes, de “Te quiero a ti” a “Te quiero a ti”. Dos personas pueden decir exactamente la misma cosa con la misma intención, y una persona realmente sentirla y la otra no sentirla, puedes notar la diferencia porque una voz sale del centro del cuerpo; otra voz es sólo un pequeño parloteo debilitado y superficial, de la parte superior de la laringe.
De esta manera, entre David Dellinger diciendo “Tenemos que terminar la guerra”, y Kissinger diciendo “Tenemos que terminar la guerra”, hay una diferencia de contenido; aunque ambos digan las mismas palabras. Señalaré un aspecto del sonido: el tono de la voz, particularmente en nuestros días, cuando estamos confrontados con la imagen de una sola persona hablando, multiplicada innumerables veces en televisión. La gente intuitivamente la escucha, pero es esencial revisar conscientemente el tono de voz, de cuerpo, como un camino para descubrir si la voz es o no es genuina, si de verdad quiere decir lo que dice. La mejor manera de hacerlo es no ser confundidos por la presentación intelectual, o el patrón asociativo, expuesto con propósitos hipnóticos por medio de las palabras mismas, sino buscar el vehículo que está debajo de ellas. Dicho vehículo es la voz: fijarnos si la voz en sí misma, a nivel de su intención, es un vehículo aceptable. Tenemos derecho, en ese sentido, a ser estéticos, o para ponerlo de otra manera, tenemos derecho a ser emotivos, más que nada tenemos derecho a nuestros sentimientos, así que tenemos que revisar los sentimientos de la voz, comprender su intención.
Así que está el tono, o intención de la voz, o sentimiento de la voz, lo cual está muy conectado con el ritmo del lenguaje: si es un ritmo natural de lenguaje, o si es un forzado ritmo artificial, seco, burocrático, influido por múltiples maquinarias, afectado por haber pasado a través de varias máquinas de escribir; si es una auténtica voz humana y personal hablando o una voz que ha sido filtrada por tantas máquinas que el ritmo humano se ha perdido.
En su mayoría, el discurso público es un pseudo-evento, en el sentido de que no es el producto de un ser, literalmente, humano; es literalmente no-humano. Pasa por tantas manos y tantas máquinas, que ya no representa a un organismo humano inspirando y expirando, inhalando y exhalando, rítmicamente. La estructura del enunciado ya no tiene relación con ninguna intención de la voz que pudiera ser rastreada a partir de las líneas de inhalación y exhalación. En otras palabras, es triste decirlo, la voz finalmente puede ser separada del cuerpo. Si la voz es completamente separada del cuerpo, significa que el ritmo estará jodido, significa que la intención de la voz estará jodida, significa que en realidad ya no tiene ningún contenido humano. Probablemente significa que no significa nada, aún, finalmente. (Por significar, entiendo cualquier cosa que pudiera ser conectada de vuelta al universo físico o al universo humano).
De esta manera, las características del mantra o de lo poético (la semilla de lo poético es el mantra), son la atención al ritmo, la conexión con la respiración, con la respiración real, la intención de la voz y, por lo tanto, la conexión con el cuerpo. Charles Olson habla acerca de la poesía como una extensión de la fisiología, el lenguaje como una extensión de la fisiología, principalmente desde este punto de vista: las palabras que pronunciamos se conectan, finalmente, con nuestro cuerpo, se conectan, particularmente, con nuestra respiración, y la respiración se conecta al sentimiento, al sentimiento articulado en lenguaje. La poesía es una rítmica articulación vocal de sentimiento, y el contenido de la poesía es sentimiento, además de lo que quedaría si eliminamos el sentimiento, supongo que cadenas de asociaciones, lenguaje de reflejo condicionado.
La propuesta hindú es que hay facultades del lenguaje sonoro del cuerpo que se han atrofiado en las recientes y transitorias culturas que sustituyeron la comunicación interpersonal de imágenes por la reproducción mecánica de imágenes. Parecido a los términos de McLuhan, la misma naturaleza de la lectura y del pensamiento lineal, y del lenguaje reproducido (imágenes del lenguaje reproducidas y leídas silenciosamente), han tendido a abstraer la comunicación del lenguaje y a adelgazarlo, a darle menos cuerpo, menos significado. Así, las facultades del sonido del cuerpo y la expresión del lenguaje que poseía una profunda respiración rítmica, se han atrofiado.
Sin embargo, eso es sólo una condición temporal: de los veinte mil años de historia intelectual registrada desde las pinturas rupestres de la cueva de Magdalena hasta el presente, es sólo en los últimos cien años, o algo así, que hemos abandonado completamente la comunicación de voz directa y los ejercicios de comunicación con voz, incluyendo el canto, el cual es característico de la mayoría de los grupos tribales esparcidos por todo el globo, a través de un más largo y viable periodo, que el de nuestra muy transitoria civilización mecánica.
Ahora estamos examinando la epistemología bajo circunstancias muy peculiares, usando el lenguaje para discutir los límites del lenguaje. No tenemos el arsenal filosófico o educacional de sociedades tribales más sofisticadas que poseen un conocimiento mucho más variado de los sonidos corporales. Los indios americanos hicieron también cantos y bailes comunitarios, a la vez como meditación, como parte de sus rituales para la recolección de los alimentos. Con el propósito de matar a un búfalo, tenía que haber meditación sobre el alma del búfalo, imitación del búfalo, un canto al búfalo, una identificación con el búfalo y un conocimiento sacramental del búfalo que nosotros no tenemos cuando compramos una pieza pre-empaquetada de carne congelada en un pedazo de plástico. Así también, requería de sentarse, paciencia, observación interna y cantos rítmicos, sólo para atrapar a un búfalo, o incluso para atrapar a un conejo, la paciencia requerida para sentarse debajo de un árbol, oler, esperar y escuchar.
Esa paciencia requerida para la recolección de los alimentos condicionó a la conciencia mental a una mayor atención hacia los pequeños e inmediatos detalles que rodean al cuerpo, condicionó al recolector tribal de alimentos, andando en su ocupación práctica, a una relación más directa (a través de sus sentidos) con el mundo exterior, de la misma forma en que nuestra división del trabajo y la absorción mental bajo las condiciones del lenguaje escrito condiciona nuestra conciencia a aceptar como real aquello que puede ser formulado en secuencia verbal, y puesto en papel, leído silenciosamente y fotocopiado. Lo que significa que para nosotros, sólo un evento escrito es creíble o real, mientras que los indios o los miembros de otras culturas tomarían su evento, su realidad, y actuarían sobre ella más directamente.
La propuesta hindú es que hay facultades del lenguaje sonoro del cuerpo que se han atrofiado en las recientes y transitorias culturas que sustituyeron la comunicación interpersonal de imágenes por la reproducción mecánica de imágenes. Parecido a los términos de McLuhan, la misma naturaleza de la lectura y del pensamiento lineal, y del lenguaje reproducido (imágenes del lenguaje reproducidas y leídas silenciosamente), han tendido a abstraer la comunicación del lenguaje y a adelgazarlo, a darle menos cuerpo, menos significado. Así, las facultades del sonido del cuerpo y la expresión del lenguaje que poseía una profunda respiración rítmica, se han atrofiado.
Sin embargo, eso es sólo una condición temporal: de los veinte mil años de historia intelectual registrada desde las pinturas rupestres de la cueva de Magdalena hasta el presente, es sólo en los últimos cien años, o algo así, que hemos abandonado completamente la comunicación de voz directa y los ejercicios de comunicación con voz, incluyendo el canto, el cual es característico de la mayoría de los grupos tribales esparcidos por todo el globo, a través de un más largo y viable periodo, que el de nuestra muy transitoria civilización mecánica.
Ahora estamos examinando la epistemología bajo circunstancias muy peculiares, usando el lenguaje para discutir los límites del lenguaje. No tenemos el arsenal filosófico o educacional de sociedades tribales más sofisticadas que poseen un conocimiento mucho más variado de los sonidos corporales. Los indios americanos hicieron también cantos y bailes comunitarios, a la vez como meditación, como parte de sus rituales para la recolección de los alimentos. Con el propósito de matar a un búfalo, tenía que haber meditación sobre el alma del búfalo, imitación del búfalo, un canto al búfalo, una identificación con el búfalo y un conocimiento sacramental del búfalo que nosotros no tenemos cuando compramos una pieza pre-empaquetada de carne congelada en un pedazo de plástico. Así también, requería de sentarse, paciencia, observación interna y cantos rítmicos, sólo para atrapar a un búfalo, o incluso para atrapar a un conejo, la paciencia requerida para sentarse debajo de un árbol, oler, esperar y escuchar.
Esa paciencia requerida para la recolección de los alimentos condicionó a la conciencia mental a una mayor atención hacia los pequeños e inmediatos detalles que rodean al cuerpo, condicionó al recolector tribal de alimentos, andando en su ocupación práctica, a una relación más directa (a través de sus sentidos) con el mundo exterior, de la misma forma en que nuestra división del trabajo y la absorción mental bajo las condiciones del lenguaje escrito condiciona nuestra conciencia a aceptar como real aquello que puede ser formulado en secuencia verbal, y puesto en papel, leído silenciosamente y fotocopiado. Lo que significa que para nosotros, sólo un evento escrito es creíble o real, mientras que los indios o los miembros de otras culturas tomarían su evento, su realidad, y actuarían sobre ella más directamente.
Si nuestro sistema es una ventaja o no, no lo sé. Tal como se presenta, parece estar arruinando al planeta. La misma naturaleza de nuestro poder de abstracción nos condena a perder el contacto con los detalles. Por consiguiente, las raíces mismas de los árboles se están secando, marchitando, los océanos están siendo contaminados, simplemente porque hemos reducido todo a un lenguaje que puede ser pasado a través de máquinas. Obviamente las máquinas no son lo suficientemente sofisticadas para tomar en cuenta todas las variables, en este sentido no son tan sofisticadas como los hombres y las mujeres. Hemos perdido nuestro mundo persiguiendo nuestro tipo de especialización del lenguaje.
De acuerdo al budista Sutra del Diamante “todas las concepciones sobre la existencia del yo así como todas las concepciones sobre la no-existencia del yo; todas las concepciones sobre la existencia del Ser Supremo, así omo todas las concepciones sobre la no-existencia del Ser Supremo, son igualmente arbitrarias porque son sólo concepciones...”; y, en realidad, tales concepciones no son la entidad (o la no-entidad) dentro de la cual estamos colocados, pues ella no tiene categoría, nombre o abstracción, sino que es en sí misma, y como tal, está “abierta”, esto es, no es limitada por el lenguaje.
Ya que la “vida” no puede ser categorizada, la conducta mágica dentro de ella no puede ser reglamentada, ya que no hay reglas. Por lo tanto, para un conocimiento más elevado del centro de todo esto, o para un aspecto del conocimiento del mismo, uno tendría que usar un lenguaje que fuese idéntico con el comportamiento de la entidad en sí misma, más bien que un lenguaje descriptivo del comportamiento de la entidad. Y ese comportamiento del lenguaje en sí mismo es una oración. De esta manera, yo diría que la forma más alta de la investigación epistemológica sería la oración. Por oración quiero decir un tipo de mantra. En otras palabras, el uso del lenguaje rítmico para despertar los sentidos, despertar las percepciones, y despertar el sentido del espacio interno, para alterar toda la conciencia en sí misma, más que para reacomodar de otra forma los dígitos del lenguaje dentro del ámbito de la conciencia. Puede ser callada o silenciosa, puede ser una oración sin palabras, por ejemplo; sólo pura atención, tal vez la atención a la respiración, o la atención a nada en particular.
De acuerdo al budista Sutra del Diamante “todas las concepciones sobre la existencia del yo así como todas las concepciones sobre la no-existencia del yo; todas las concepciones sobre la existencia del Ser Supremo, así omo todas las concepciones sobre la no-existencia del Ser Supremo, son igualmente arbitrarias porque son sólo concepciones...”; y, en realidad, tales concepciones no son la entidad (o la no-entidad) dentro de la cual estamos colocados, pues ella no tiene categoría, nombre o abstracción, sino que es en sí misma, y como tal, está “abierta”, esto es, no es limitada por el lenguaje.
Ya que la “vida” no puede ser categorizada, la conducta mágica dentro de ella no puede ser reglamentada, ya que no hay reglas. Por lo tanto, para un conocimiento más elevado del centro de todo esto, o para un aspecto del conocimiento del mismo, uno tendría que usar un lenguaje que fuese idéntico con el comportamiento de la entidad en sí misma, más bien que un lenguaje descriptivo del comportamiento de la entidad. Y ese comportamiento del lenguaje en sí mismo es una oración. De esta manera, yo diría que la forma más alta de la investigación epistemológica sería la oración. Por oración quiero decir un tipo de mantra. En otras palabras, el uso del lenguaje rítmico para despertar los sentidos, despertar las percepciones, y despertar el sentido del espacio interno, para alterar toda la conciencia en sí misma, más que para reacomodar de otra forma los dígitos del lenguaje dentro del ámbito de la conciencia. Puede ser callada o silenciosa, puede ser una oración sin palabras, por ejemplo; sólo pura atención, tal vez la atención a la respiración, o la atención a nada en particular.
Recientemente leí una Sadhana de la secta Nyingmapa del budismo tántrico tibetano, la misma secta que enseña el mantra “Oh Ah Hum Vajra Guru Padma Siddhi Hum” actualmente en América. El ritual incluía una serie de oraciones preparatorias y visualizaciones de deidades ideológicas y formaba una actitud mental de meditación. Hacia el final de la Sadhana la instrucción abruptamente dice: “Descanse en un estado no-conceptual la Mente tanto como sea posible”.
Y eso es como el corazón de todo, el resto de la magia sólo era una invocación de bendiciones preparándote para sentarte quieto. Habiendo agotado todo tipo de concepciones de las formas de Buda sentado en la parte superior de tu cabeza, colmando tu cuerpo con ambrosía y todo lo demás, finalmente permaneces en un estado mental no conceptual.
Y eso es como el corazón de todo, el resto de la magia sólo era una invocación de bendiciones preparándote para sentarte quieto. Habiendo agotado todo tipo de concepciones de las formas de Buda sentado en la parte superior de tu cabeza, colmando tu cuerpo con ambrosía y todo lo demás, finalmente permaneces en un estado mental no conceptual.
Hay un guru en Nueva York enseñando esto, y le pregunté, “¿Cómo haces eso?” Porque estoy acostumbrado a hacer un mantra, como sentarse, meditar con un mantra, entonces dijo “oh, bueno, una manera es mirar entre los pensamientos, en los intersticios entre los pensamientos”. Así que esta teoría del conocimiento es muy pragmática, cosa práctica: estos maestros en realidad examinan la procesión de los pensamientos en la cabeza, escarban. En otras palabras, la meditación no toma como un hecho dado la realidad exclusiva de los “pensamientos”, como la epistemología occidental de cierta manera lo hace. No toma como un hecho dado la sustancialidad del proceso de lenguaje-pensamiento que considera a la naturaleza del conocimiento. La meditación no significa examinar meramente la definición de las palabras, significa examinar el material mental del que están hechas las palabras, o el material mental del que está hecha la conciencia. De esta manera, una sugerencia práctica para entrar en esto es “bueno, ya, ahora, mira los espacios entre los pensamientos”. Lo cual significa que tienes en realidad que, literalmente, examinar el pensamiento, no perderte en él. En otras palabras, no te vuelves parte del pensamiento y eres arrastrado en él, como en un bote. Te sales del bote, y examinas la naturaleza del pensamiento en sí mismo, y eso, supongo, es verdadera epistemología... y ahí a donde la epistemología occidental conduce finalmente, en ciertos escritores. Tendría que llegar a eso, a menos que fuera a existir dentro de este sistema de sueño encerrado, que nunca realmente saliera de sí misma, pues yo creo que el conocimiento real comienza con el examen de la naturaleza o de la materia del pensamiento acerca del conocimiento, examinando el terreno en el cual los pensamientos tienen lugar.
En la cultura occidental el equivalente de ese tipo de investigación se encuentra en la tradición gnóstica. Tendrías que empezar con Heráclito, examinar a Porfirio, a Jámblico, a Jacobo Boehme y Pitágoras. Hay, de hecho, una fuerte tradición occidental en esta área, aunque no es estudiada extensamente como parte de la filosofía formal, porque alrededor del 300 d. de C., cuando el Emperador Constantino se hizo cargo de la Iglesia, fue extirpada por la así llamada cia de aquel tiempo, pues era anti-autoritaria.
Alrededor de 1750 en Inglaterra hubo un gran helenista y latinista llamado Thomas Taylor, quien tradujo todos los fragmentos de los Padres de la Iglesia que sobrevivieron a las quemas ordenadas por Constantino y el Concilio de Nicea, cuando condenaron todas las doctrinas heréticas, se quemaron todos los registros escritos acerca del hecho de que algunas modalidades alternativas del universo pudieran ser vistas o examinadas y reforzaron al Uno central y autoritario representado por Jehová-Constantino-Emperador-Papa. Hecho el trato, Constantino sería la cabeza de la Iglesia y también la cabeza del Estado, y también sus chicos determinarían qué teorías de la naturaleza de la realidad eran aceptables para la Iglesia y el Estado. En otras palabras, hubo una realidad oficial impuesta dentro de las palabras “¡tampoco te salgas fuera de las palabras!” Esto fue parte del trato.
Así, Taylor recopiló todos estos fragmentos, y sus manuscritos fueron examinados detenidamente por William Blake y por todos los revolucionarios de su tiempo, incluso Thomas Paine. Coleridge sacó un gran provecho de Taylor, así como lo hizo Shelley. Bronson Alcott fue a Inglaterra para obtener un acervo del trabajo de Taylor, acervo que trajo de regreso a Brook Farm, lo cual afectó toda la tradición americana del Trascendentalismo. Cuando los comunistas de Brook Farm no estaban leyendo los Upanishads y los Vedas, estaban preparando textos gnósticos neoplatónicos de Taylor. Lo cual pudo haber afectado a Herman Melville, quien probablemente también vio esos textos. Los libros específicos que Alcott trajo después de su regreso de Inglaterra fueron prestados a Emerson, y comentados por ellos dos.
De esta manera, el examen de la mente es, por mucho, parte de nuestra propia tradición americana. Ahí es donde entra William James, cuando comienza a incursionar en la fenomenología práctica, y entra en la praxis de la conciencia alterada en The Varieties of Religious Experience. Eso estableció una condición para los experimentos pragmáticos sobre penetración trascendental en Harvard, lo cual llevó a la poética de Gertrude Stein, cuya poesía era una forma de meditación o de examen del lenguaje mismo, por medio de la repetición, una y otra vez, en diferentes combinaciones, para ver si podía ser removido de asociaciones condicionadas, como lavando las palabras de toda asociación para que fueran sólo sonidos mántricos.
Eso también llevó a cierta situación en 1919, cuando Virgil Thomson (que luego sería amigo de Gertrude Stein) era un joven músico que andaba por Harvard hablando con S. Foster Damon (quien era un erudito sobre Blake). Pienso que Damon le dio a Thomson la obra Four Saints in Three Acts, o algún texto de Gertrude Stein, a manera de un estudio del lenguaje y la conciencia. Y en este viejo contexto de William James (el capítulo de las revelaciones anestéticas de The Varieties of Religious Experience), Virgil Thomson le dio a S. Foster Damon dos biznagas de peyote en los campos de Harvard.
De esta manera, la tradición occidental gnóstica puede ser estudiada mejor en cierto dicho de Pitágoras “todo lo que vemos cuando [estamos] despiertos está muerto, y cuando [estamos] dormidos, sueño”; o, en relación con el uso del lenguaje para generalizar, el viejo enunciado de Heráclito todavía se sostiene: “no puedes meterte en el mismo río dos veces”. Lo cual quiere decir que no puedes hacer una generalización buena un minuto después, no exactamente la misma generalización. No puedes hacer un enunciado absolutamente descriptivo de un evento, aun si el enunciado es idéntico al evento. Incluso un Om no es eterno, en el sentido de que el Om cambia dependiendo del que dice Om, de minuto a minuto. No hay un lugar dónde esconderse, aun en el mantra. No hay descanso de la creación continua o el cambio.
En la cultura occidental el equivalente de ese tipo de investigación se encuentra en la tradición gnóstica. Tendrías que empezar con Heráclito, examinar a Porfirio, a Jámblico, a Jacobo Boehme y Pitágoras. Hay, de hecho, una fuerte tradición occidental en esta área, aunque no es estudiada extensamente como parte de la filosofía formal, porque alrededor del 300 d. de C., cuando el Emperador Constantino se hizo cargo de la Iglesia, fue extirpada por la así llamada cia de aquel tiempo, pues era anti-autoritaria.
Alrededor de 1750 en Inglaterra hubo un gran helenista y latinista llamado Thomas Taylor, quien tradujo todos los fragmentos de los Padres de la Iglesia que sobrevivieron a las quemas ordenadas por Constantino y el Concilio de Nicea, cuando condenaron todas las doctrinas heréticas, se quemaron todos los registros escritos acerca del hecho de que algunas modalidades alternativas del universo pudieran ser vistas o examinadas y reforzaron al Uno central y autoritario representado por Jehová-Constantino-Emperador-Papa. Hecho el trato, Constantino sería la cabeza de la Iglesia y también la cabeza del Estado, y también sus chicos determinarían qué teorías de la naturaleza de la realidad eran aceptables para la Iglesia y el Estado. En otras palabras, hubo una realidad oficial impuesta dentro de las palabras “¡tampoco te salgas fuera de las palabras!” Esto fue parte del trato.
Así, Taylor recopiló todos estos fragmentos, y sus manuscritos fueron examinados detenidamente por William Blake y por todos los revolucionarios de su tiempo, incluso Thomas Paine. Coleridge sacó un gran provecho de Taylor, así como lo hizo Shelley. Bronson Alcott fue a Inglaterra para obtener un acervo del trabajo de Taylor, acervo que trajo de regreso a Brook Farm, lo cual afectó toda la tradición americana del Trascendentalismo. Cuando los comunistas de Brook Farm no estaban leyendo los Upanishads y los Vedas, estaban preparando textos gnósticos neoplatónicos de Taylor. Lo cual pudo haber afectado a Herman Melville, quien probablemente también vio esos textos. Los libros específicos que Alcott trajo después de su regreso de Inglaterra fueron prestados a Emerson, y comentados por ellos dos.
De esta manera, el examen de la mente es, por mucho, parte de nuestra propia tradición americana. Ahí es donde entra William James, cuando comienza a incursionar en la fenomenología práctica, y entra en la praxis de la conciencia alterada en The Varieties of Religious Experience. Eso estableció una condición para los experimentos pragmáticos sobre penetración trascendental en Harvard, lo cual llevó a la poética de Gertrude Stein, cuya poesía era una forma de meditación o de examen del lenguaje mismo, por medio de la repetición, una y otra vez, en diferentes combinaciones, para ver si podía ser removido de asociaciones condicionadas, como lavando las palabras de toda asociación para que fueran sólo sonidos mántricos.
Eso también llevó a cierta situación en 1919, cuando Virgil Thomson (que luego sería amigo de Gertrude Stein) era un joven músico que andaba por Harvard hablando con S. Foster Damon (quien era un erudito sobre Blake). Pienso que Damon le dio a Thomson la obra Four Saints in Three Acts, o algún texto de Gertrude Stein, a manera de un estudio del lenguaje y la conciencia. Y en este viejo contexto de William James (el capítulo de las revelaciones anestéticas de The Varieties of Religious Experience), Virgil Thomson le dio a S. Foster Damon dos biznagas de peyote en los campos de Harvard.
De esta manera, la tradición occidental gnóstica puede ser estudiada mejor en cierto dicho de Pitágoras “todo lo que vemos cuando [estamos] despiertos está muerto, y cuando [estamos] dormidos, sueño”; o, en relación con el uso del lenguaje para generalizar, el viejo enunciado de Heráclito todavía se sostiene: “no puedes meterte en el mismo río dos veces”. Lo cual quiere decir que no puedes hacer una generalización buena un minuto después, no exactamente la misma generalización. No puedes hacer un enunciado absolutamente descriptivo de un evento, aun si el enunciado es idéntico al evento. Incluso un Om no es eterno, en el sentido de que el Om cambia dependiendo del que dice Om, de minuto a minuto. No hay un lugar dónde esconderse, aun en el mantra. No hay descanso de la creación continua o el cambio.
¿Alguna pregunta?
P: Tengo una sobre lo que dijo acerca del canto, y de cómo en la sociedad contemporánea, al menos en Estados Unidos, parece haber dejado de existir. ¿Podría explicar eso? ¿Por qué hay personas pensando diferente? ¿Por qué piensan que esto ya no tiene importancia?
AG: Bueno, por muchas razones diferentes. No es, inclusive, exactamente verdad decir que ha dejado de existir completamente, porque la tradición negra mantiene vigente el canto, en el sentido de que el canto corporal está todavía en el jazz y en las alabanzas espirituales, hasta su uso político en “We Shall Overcome”; todavía hay remanentes de cantos, bailes y tamborileos africanos.
Pero mientras que en la cultura negra algo muy hondo del alma es el modo dominante, en la cultura blanca algo muy superficial y anti-canto, como Mantovani, Musak o Pat Bone es lo dominante, excepto por algún folk-rock prometeico. Diría que la razón de ello es, quizás, el capitalismo; esto es, la usura. La gente tratando de hacer dinero a través de la producción en masa, monopolizando las máquinas reproductoras, dominando la impresión (la maquinaria de la reproducción de imágenes), la televisión y la radio. El hecho de que el espacio de transmisión de la radio y la televisión está a la venta (no es propiedad común sino algo integrado a la Rueda Comercial), significa que sólo ese sonido corporal, que sea comercial, será transmitido.
La televisión es un enlace de conexión neurológica entre las células separadas del cuerpo político de nuestra cultura. Y nuestra red de comunicaciones está dominada por la usura capitalista, en otras palabras, tienes que hacer dinero en ella. Hasta el punto que el canto corporal es una afirmación de compartir el alma de manera no-usurera, común, comunal, comunista, entre todos los miembros del cuerpo político, no simplemente con los miembros del cuerpo político, sino con los miembros del cuerpo de la naturaleza, incluyendo los animales, los árboles y las hierbas… hasta el punto que el canto comunal más alto es un canto de unión y de identidad con toda la naturaleza, y que el capitalismo y nuestro sistema económico requiere del excesivo corte en pedazos de la naturaleza en la tala, o de minar y agotar la naturaleza; hasta ese punto pienso que es parcialmente nuestro sistema económico el que nos prohibe cantar. Parcialmente debido a la misma naturaleza de la maquinaria.
P: Es interesante también que en las iglesias en nuestros días no encontrarás nada como los cantos gregorianos. Recuerdo mi experiencia cuando teníamos cantos, no en una iglesia católica pero en una protestante. Lo hicimos, pero no era muy popular.
P: Tengo una sobre lo que dijo acerca del canto, y de cómo en la sociedad contemporánea, al menos en Estados Unidos, parece haber dejado de existir. ¿Podría explicar eso? ¿Por qué hay personas pensando diferente? ¿Por qué piensan que esto ya no tiene importancia?
AG: Bueno, por muchas razones diferentes. No es, inclusive, exactamente verdad decir que ha dejado de existir completamente, porque la tradición negra mantiene vigente el canto, en el sentido de que el canto corporal está todavía en el jazz y en las alabanzas espirituales, hasta su uso político en “We Shall Overcome”; todavía hay remanentes de cantos, bailes y tamborileos africanos.
Pero mientras que en la cultura negra algo muy hondo del alma es el modo dominante, en la cultura blanca algo muy superficial y anti-canto, como Mantovani, Musak o Pat Bone es lo dominante, excepto por algún folk-rock prometeico. Diría que la razón de ello es, quizás, el capitalismo; esto es, la usura. La gente tratando de hacer dinero a través de la producción en masa, monopolizando las máquinas reproductoras, dominando la impresión (la maquinaria de la reproducción de imágenes), la televisión y la radio. El hecho de que el espacio de transmisión de la radio y la televisión está a la venta (no es propiedad común sino algo integrado a la Rueda Comercial), significa que sólo ese sonido corporal, que sea comercial, será transmitido.
La televisión es un enlace de conexión neurológica entre las células separadas del cuerpo político de nuestra cultura. Y nuestra red de comunicaciones está dominada por la usura capitalista, en otras palabras, tienes que hacer dinero en ella. Hasta el punto que el canto corporal es una afirmación de compartir el alma de manera no-usurera, común, comunal, comunista, entre todos los miembros del cuerpo político, no simplemente con los miembros del cuerpo político, sino con los miembros del cuerpo de la naturaleza, incluyendo los animales, los árboles y las hierbas… hasta el punto que el canto comunal más alto es un canto de unión y de identidad con toda la naturaleza, y que el capitalismo y nuestro sistema económico requiere del excesivo corte en pedazos de la naturaleza en la tala, o de minar y agotar la naturaleza; hasta ese punto pienso que es parcialmente nuestro sistema económico el que nos prohibe cantar. Parcialmente debido a la misma naturaleza de la maquinaria.
P: Es interesante también que en las iglesias en nuestros días no encontrarás nada como los cantos gregorianos. Recuerdo mi experiencia cuando teníamos cantos, no en una iglesia católica pero en una protestante. Lo hicimos, pero no era muy popular.
AG: Probablemente era vergonzoso. Porque es un área entera de sentimiento, de un sentimiento ritual de familia comunal, el cual es temido. La razón por la cual es temido es porque es una ruptura hacia una nueva conciencia, la cual no es como la conciencia social inculcada por la televisión, la radio, los periódicos o la política, es otra conciencia de animal mamífero, que está unificada con el mundo, la conciencia que compartimos, la compasiva conciencia de la mente y el corazón que compartimos con las águilas y las ballenas azules. Y ya que seguimos matando todas las ballenas y las águilas, no sería apropiado darle voz a esa conciencia; quiero decir que sería revolucionario darle voz a esa conciencia, articular esa conciencia, y darle la bienvenida para que haga despertar la conciencia en la parte frontal del cerebro. Es por eso que las formas africanas rituales de jazz siempre fueron, en un sentido, revolucionarias, y cuando fueron llevadas al otro lado del Atlántico a través de los Beatles y los Rolling Stones, por medio del rock, por medio de la electrónica, de vuelta a los hijos de otra generación, quienes comenzaron a mover sus caderas, y a hacer ese sonido del canto, era parte de la revolución, como la Sociedad John Birch dijo en 1965, muy proféticamente. Dijo que los Beatles estaban usando ritmos hipnóticos, movimientos corporales y vibraciones extrañas para alterar la conciencia de los chicos, y para hipnotizarlos y tener otra conciencia a través de eso, lo cual no era como la “razonable” moral norteamericana. Se suponía que el rock iba a disolver la conciencia racional del mundo occidental. Lo vieron inmediatamente como una amenaza y un peligro, ¿recuerdan esos panfletos de los sesentas?
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