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El holocausto sexual: 200 mil niñas y mujeres violadas en el Congo
Poca atención han recibido de los medios internacionales, en particular de América Latina, las mujeres y niñas de la República Democrática del Congo (RDC). En los últimos quince años organizaciones internacionales calculan que más de 200 mil niñas y mujeres han sido victimas de abuso sexual en esta república del centro de África, que de democrática tiene muy poco. Sólo en 2008 el Consejo Mundial de Población, la organización dependiente de las Naciones Unidas que coordina los esfuerzos para enfrentar este gravísimo problema en el Congo, reportó 15,996 violaciones en este país. En la provincia de Kivi del Norte, en la zona este del país, se reportaron 4,820 casos de abuso sexual el año pasado, de los cuales el 65% eran niñas adolescentes, se calcula, además, que el 10% de estas niñas violadas tienen menos de diez años.
La situación es de extrema gravedad en particular en la zona este de la República Democrática del Congo, ya que una tercera parte de las violaciones ocurren ahí. Sin embargo, las cifras que presentan las organizaciones internacionales son sólo aproximaciones ya que una gran parte de las mujeres no denuncian la peor de las experiencias sobre su integridad física, sicológica y moral ante el temor del rechazo de la sociedad, el miedo a las represalias y/o la falta de un centro de salud comunitario. Se calcula que menos del 50% de las mujeres violadas tienen acceso a un centro de atención de salud.
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Sin embargo, la peor de las pesadillas no termina en la violación, algunas organizaciones coinciden que el 60% de los milicianos que comenten esto actos tiene HIV e infectan a muchas de sus víctimas, de igual manera el número de embarazos no deseados es altísimo. El impacto de la violación sobre la vida de las mujeres y las niñas del Congo realmente no se puede medir ya que tiene un efecto no sólo en ellas como individuos sino en toda la comunidad. Las adolescentes violadas son rechazadas por sus padres y echadas de sus hogares, pierden a sus compañeros y les es difícil encontrar un esposo, son marginadas de la comunidad, en muchas ocasiones se convierten en madres solteras. De esa manera el círculo vicioso del abuso continúa.
De acuerdo con las leyes internacionales y las cuatro Convenciones de Ginebra (1864, 1906,1929 y 1949) la violencia sexual ejercida durante una situación de guerra es considerada como un acto de lesa humanidad: un crimen de guerra. Las mujeres del Congo dicen que la guerra se lucha sobre sus cuerpos. Éste país tiene uno de los peores records en términos de violaciones desde la Segunda Guerra Mundial, cuando 900 mil mujeres alemanas fueron violadas por los ejércitos de Stalin y desde el genocidio en Ruanda, donde medio millón de mujeres fueron violadas.
La República Democrática del Congo es el lugar más peligroso del orbe para niñas y mujeres. Paradójicamente el principal culpable de la violencia sexual son las fuerzas armadas, las cuales fueron reorganizadas en 2006 a raíz de la victoria política de Joseph Kabila. El ejército de ese país se creó a raíz de la integración de diferentes grupos armados, sin embargo, una pobre justicia militar, un ejercito mal organizado, sin líneas de comando establecidas, sin liderazgo, con soldados mal entrenados que viven bajo condiciones de vida deplorables, hacen muy difícil la lucha contra la violencia sexual en el centro de África.
La República Democrática del Congo es el lugar más peligroso del orbe para niñas y mujeres. Paradójicamente el principal culpable de la violencia sexual son las fuerzas armadas, las cuales fueron reorganizadas en 2006 a raíz de la victoria política de Joseph Kabila. El ejército de ese país se creó a raíz de la integración de diferentes grupos armados, sin embargo, una pobre justicia militar, un ejercito mal organizado, sin líneas de comando establecidas, sin liderazgo, con soldados mal entrenados que viven bajo condiciones de vida deplorables, hacen muy difícil la lucha contra la violencia sexual en el centro de África.
El holocausto sexual en la RDC, no surge del vació. La historia política de la RDC es similar a la de muchas naciones en el corazón de África, una historia de colonialismo, esclavitud, miseria, corrupción, dictadura y guerra. Como el mayor de los absurdos, la RDC fue considerada propiedad privada del rey Leopoldo II de Bélgica y fue administrado privadamente por él hasta su fallecimiento en 1908, año en que el territorio fue cedido a Bélgica.
Bajo la tiranía del rey Leopoldo II esta nación del África profunda fue objeto de la brutalidad y la explotación de sus riquezas naturales como el marfil y el caucho. La población trabajaba en condiciones de esclavitud y para ello la administración colonial instauró un régimen de terror. Una práctica común de las autoridades belgas en esta región era la amputación de los miembros de quienes se oponían al pago de cuotas definidas de caucho.
La RDC obtuvo su independencia en 1960, no sin vivir años de inestabilidad política. En 1960, Patricio Lumumba ganó las primeras elecciones libres del país. Lumumba se enfrentó a los intereses belgas que deseaban seguir controlando la riqueza minera del país y se acerco la esfera soviética, la consecuencia fue la intervención directa de agentes del gobierno belga y la CIA en los asunto internos del país y con ello el derrocamiento de Lumumba. En 1965 el Coronel Joseph Mobutu tomó el poder violentamente, se cambió el nombre por el de Mobutu Sese Seko y con el suyo también el del país: Zaire. Mobutu gobernó 32 años y fue acusado de violaciones a los derechos humanos y corrupción. En 1984 se dijo que Mobutu poseía cuatro mil millones de dólares en una de las naciones más pobreza del planeta.
A mediados de la década de 1990 la situación empeoró radicalmente. El genocidio ruandés provocó una avalancha de refugiados que huían de la guerra reinante en Ruanda y Burundi. La incapacidad de Mobutu de manejar esta crisis, acompañado de la pérdida de apoyo por parte de occidente, permitió a sus opositores iniciar una gran campaña en su contra que terminó con su huida y la proclamación por parte del líder rebelde Laurent-Désiré Kabila de la “República Democrática del Congo” en mayo de 1997. Pero los aliados de Kabila pronto se volcaron en su contra y su régimen fue desafiado por una rebelión apoyada por Ruanda y Uganda en agosto de 1998. Tropas de Zimbabwe, Angola, Namibia, Chad y Sudán intervinieron para apoyar al nuevo régimen en Kinshasa, iniciándose una devastadora guerra en la que alrededor de cuatro millones de persona perdieron la vida.
Un cese al fuego fue declarado en 1999; Kabila fue asesinado en enero de 2001 y su hijo Joseph Kabila fue nombrado Jefe de estado. El nuevo presidente rápidamente comenzó negociaciones para finalizar la guerra y se firmó el Acuerdo de Pretoria, en Sudáfrica, en 2002. A fines de 2003 se instauró un gobierno de transición y Kabila nombró cuatro vicepresidentes, dos de los cuales han luchado para expulsarlo desde julio de 2003. Como resultado de las pugnas internas una gran parte del este del país es muy insegura por la continua actividad militar, zonas en las cuales la violación es una de las armas más poderosas para desmoralizar a la población civil.
El 30 de julio de 2006 se celebraron en el país las primeras elecciones libres desde 1960 y Kabila obtuvo la victoria. Hace unas semanas la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, visitó a Kabila, así como un campo de refugiados en Goma, donde habitan 18 mil personas, para tratar de encontrar una solución al conflicto y le exigió al gobierno de Kabila un mejor trabajo en la protección de los derechos fundamentales de sus ciudadanos.
Pocos están convencidos que la visita de Hillary Clinton pueda tener un impacto significativo en la región, informes recientes afirman que la situación empeora y que ahora no sólo son las mujeres las que están siendo violadas sino también los hombres. Las operaciones conjuntas de los ejércitos del Congo y de Ruanda han generado un sentido de venganza y se calcula que medio millón de personas han dejado sus casa en la zona este del Congo.
La actividad militar en la RDC esta fundamentalmente financiada por los ingresos que generan la extracción ilegal de minerales como el coltan, un material utilizado para el funcionamiento de los teléfonos celulares, la casiterita y los diamantes.
La Republica Democrática del Congo es el infierno en la tierra.
NOTA: El texto fue publicado por PIJAMASURF en 01/09/2009
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