copiado de LA JORNADA GUERRERO
¿En México tenemos nuestro Micheletti?
Cuando miles de mexicanos festejaban de manera entusiasta el triunfo de la selección mexicana de futbol, por haber asegurado su pase al campeonato mundial, cual si se tratara de una acción delincuencial, al estilo Roberto Micheletti de Honduras, Felipe Calderón en su investidura de presidente de la República, ordenaba el asalto armado a las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro, desconociéndose si tiene calculadas las graves consecuencias políticas y sociales que tal atentado significa.
Unos días antes, el gobierno federal y los magnates de la iniciativa privada, en coro advertían de la necesidad de ese golpe facistoide con el pretexto del real o supuesto fraude en la elección del nuevo comité directivo al interior del Sindicato Mexicano de Electricista (SME), pero que forma parte de una gran ofensiva gubernamental en contra de los sindicatos y el sindicalismo nacional que estorban a los intereses del gran capital nacional y trasnacional. ¿Cómo es posible que un presidente que llegó al cargo gracias a un fraude electoral, tome como pretexto ese pretexto para agredir al sindicato más antiguo del país de la manera como lo ha hecho?
En el preciso momento del asalto policiaco a las instalaciones de Luz y Fuerza en el Distrito Federal, el estado de México y Morelos, Televisa ya tenía ubicados a sus corresponsales; lo que significa que la acción terrorista fue orquestada con esa televisora, de la misma manera como lo hicieran Micheletti y los militares que en Honduras y Venezuela cuando realizaron su golpe militar a nombre de la democracia, la religión y la ley.
Uno se pregunta: ¿Pero por qué se ataca con tanta saña al sindicato de mineros como al de electricistas y no al de la mafia de Elba Esther Gordillo o de petroleros de Romero Deschamps, a pesar de los mil y un crímenes que han cometido? La respuesta está en que ambos están al servicio de la otra mafia yunkista que ostenta el poder en nuestro país.
Desde los tiempos de Venustiano Carranza, el sindicato de electricistas surgió como un soporte del nuevo gobierno emanado de la Revolución Mexicana, al tiempo que durante el gobierno del General Lázaro Cárdenas se fundaron muchos más con fines de garantizar la defensa de los intereses de la clase obrera, pero terminaron convirtiéndose en sindicatos corporativizados al Estado y como apéndices del partido oficial.
Hoy que el PRI fue sacado de los Pinos por la ultraderecha, los dirigentes de los sindicatos oficiales, acostumbrados a tener poder gracias a su subordinación al gobierno en turno, terminaron por alinearse con el presidente aunque no sea de su partido; resultando una relación perversa: el gobierno y dirigentes sindicales venales se requieren para gobernar aún en contra de los intereses mayoritarios de la población y los sindicalizados.
Sin embargo, esto no justifica la intervención fascista del gobierno en contra de aquellos sindicatos que no se le alinean, es responsabilidad de los propios sindicalizados ajustarles o no cuentas a sus dirigentes.
Lo extraño en esta nueva agresión, es que el PRI guarde silencio cómplice.
¿Con esas agresiones el Micheletti mexicano no estará prendiendo la mecha que incendiará la pradera?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario