¿Votar o no votar?
Farsa sabida
Rendija de lucha
La conformación de la próxima cámara de diputados está diseñada para favorecer los planes de quienes hoy ejercen el poder formal en el país. La mayoría en San Lázaro será definida mediante arreglos entre PAN y PRI (con ayudas tácticas del Panal), a pesar de las apariencias bélicas que hoy mantienen, así es que no será de máxima importancia cuál de las dos bancadas unidas en lo esencial tendrá más integrantes. A esa mayoría pripánica dará legitimidad
la colaboración del segmento del perredismo chucho, mientras el lopezobradorismo peleará a través de unas decenas de diputados federales llevados a la curul mediante el zigzagueo pragmático entre PT, Convergencia y franjas del PRD.
Esa cámara de diputados decidirá sobre iniciativas con las que el calderonismo pretende consolidar su ejercicio político fundado en el militarismo, las alianzas (públicas y secretas) con la Casa Blanca y el Pentágono y la cesión de privilegios a los grupos económicos dominantes en el país. Un tema especialmente delicado será el relacionado con la manera en que el calderonismo fallido tratará de salir del hoyo que ya ha reconocido el propio secretario de hacienda: crear nuevos impuestos y, en particular, extender el IVA a medicinas y alimentos; o recortar el gasto público y ahondar la crisis, o echar mano de préstamos y contratar otros más. La viabilidad de la nación dependerá de esas decisiones.
La primera reacción (natural, explicable) ante el sucio manejo de lo político y lo electoral hace que muchos ciudadanos consideren la posibilidad de anular su voto o simplemente abstenerse de ir siquiera a las urnas. Abundan los argumentos emotivos y racionales que alientan a evitar lo que se considera una farsa y que, a juicio de este tecleador, acabará siendo, efectivamente, una demostración más de burla y manipulación, con un desenlace absolutamente previsible.
Pero hoy no hay más forma de protesta y resistencia que la lucha en las calles (que logró frenar el año pasado la pretensión de privatizar el petróleo) y la denuncia y la oposición en los órganos pervertidos pero subsistentes de representación política. La protesta en las calles será infinitamente mayor a la que unos cuantos puedan dar en las cámaras y otras instituciones de gobierno, pero aquellas acciones masivas necesitan el apoyo, así sea numéricamente menor, de algunos que se aventuren en el pantano legislativo sabido. Así sea sólo por eso, a sabiendas de lo que viene, es posible que sea necesario votar positivamente, es decir, a favor de alguna de las opciones partidistas. De otra manera, no habrá ni siquiera la esperanza de la lucha.
Astillas
El ex director del Pemexgate, Rogelio Montemayor, tuvo ayer dos deplorables reapariciones públicas. Una, al saberse que la Suprema Corta le negó la solicitud de que fuese echada abajo una de las penas impuestas luego del escándalo de los fondos petroleros transferidos a la campaña del ahora fallidamente resucitado Francisco Labastida. La otra tuvo lugar en Pasta de Conchos, adonde llegó en días pasados amparándose bajo la presunta condición de asesor del despacho de abogados del Grupo México, es decir, según menciona la organización Familia Pasta de Conchos en un pronunciamiento, del despacho del secretario de gobernación, Fernando Gómez Mont
. El ex gobernador de Coahuila pretende echar a funcionar una planta de lavado de carbón en el perímetro de la mina 8, donde la secretaría federal de economía determinó suspender las obras de exploración y explotación de carbón hasta que Industrial Minera México restablezca las condiciones de seguridad e higiene para continuar las labores de rescate
de los trabajadores sepultados en el lugar. Pero Gómez Mont, perdón, el asesor Montemayor, llegó con los deudos de los mineros para presentar una propuesta de buena vecindad
que le permitiera reiniciar trabajos, por lo pronto nada más de lavado
. Este martes, unos 30 trabajadores llegaron a la planta lavadora para intentar cercarla e instalarse allí, lo que fue impedido por los familiares de los mineros sepultos. Montemayor/Gómez Mont/Grupo México continuarán presionando para reabrir lo que puedan de aquella zona de tragedia... Ya antes Burger King hizo enojar a las buenas conciencias mexicanas con un anuncio en el que aparecía un luchador chaparro y regordete (que a algunos hacía recordar la estampa de cierto resultado electoral adulterado) y, ahora, la Coca-Cola vuelve a asestar un golpe al orgullo patrio (el más reciente fue el del doctorado Honoris Coca a Chente Botas) a través de una de sus empresas, Schweppes, que produce bebidas en el Reino Unido y ha iniciado una campaña publicitaria denominada Cómo obtener un asiento en el Metro
, en la que un vagón de ese transporte público aparece ocupado únicamente por una persona con sombrero de charro y, al lado, un paquete de pañuelos desechables y una bolsa de chicharrones. En el siguiente vagón se ven, amontonados, los usuarios que prefieren el hacinamiento a correr riesgos de contagio de la influenza mexicana
... Un lector, cuyo nombre será guardado, hace ver el culto póstumo, y acaso cargado de culpas, que Quique Gaviotón hace al recuerdo de su esposa muerta en circunstancias extrañas (suicidio, fue la versión oficial): En Toluca, en el estado de México, a un hospital perinatal, inaugurado este año, se omite el nombre de Josefa Ortiz de Domínguez que era el nombre del hospital precedente y se pone el nombre de Mónica Pretelini, no sólo esto, pues también existe una ambulancia con el nombre de Mónica Pretelini en el Instituto Materno Infantil del estado de México, además de otras dependencias con el mismo nombre. Así como en su momento al Hospital General de Atlacomulco se le puso Maude Versini, el nombre de la entonces esposa de Montiel, ya sólo falta que en vez de Toluca de Lerdo se le ponga Toluca de Pretelini
... Y mientras los candidatos panistas siguen aprovechándose electoralmente de desgracias como la del News Divine, ¡hasta mañana, en esta columna que ve cómo, con su nueva propuesta de comisionado, el IFAI sigue calderonizándose descaradamente!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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